Caer despierta.
De bruces y contra el suelo.Caer sin colisión.
En descenso contínuo.Para que el miedo.
Para que el dolor.
Sigan presentes.
Como en una película de terror y angustia, visualizo cada tarde un pozo viejo, con piedra madre y musgo comiéndole las entrañas, tan profundo que sólo se puede adivinar que tiene fondo porque alguien ahí abajo pide auxilio.
Un pozo de los años antiguos en los que a penas existe la seguridad. Sin escalera interna, sin conducto que lo vacie. Un hueco en la tierra que minuto a minuto se va llenando más.
Angustia.
Los días de lluvia son aún peor.El agua ya me llega por el cuello.
Mis pies están amarrados al suelo a través de una pesada cadena de metal. ¿Cuánto tiempo me queda?Pasé mucho tiempo pidiendo auxilio. Nadie toma en serio tus palabras hasta que pasa. Hasta que desapareces y te conviertes en la mejor persona del mundo.
Patético universo.
Las lágrimas no ayudan a atrasar mi hora. Cada una de ellas sube el volumen del pozo y me está dando la impresión de que pesan más que una tormeta tropical.
Me ahogo y por más que busco no encuentro la forma de salir.
Así que medito y creo que lo mejor es tumbarme y dejar que agua me rodee la piel hasta comerse todo mi oxígeno.
Nadie va a venir.
Nadie va a salvarme.
Nadie sabe que estoy aquí.
Ni si quiera me buscan.
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Yuanfen
Short StoryMi vida hecha arte. Mis días hechos prosa. Mis sentimientos plasmados en papel. Disfruta.