25

609 60 17
                                    

Zoe no podía creer lo que sus padres tenían la intención de obligarla a hacer. Ella no conseguía comprender la razón por la que ambos tenían que estar todo el tiempo metiendo las narices en su vida; quince años era suficiente edad para que ellos dejaran de hacer eso, o al menos eso pensaba Zoe, y en cierto sentido los odiaba por ello. Pero más que todo, la muchacha se odiaba a sí misma debido a aquello. Ella detestaba al mundo entero por ser como era.

Por su mente, Zoe no pensaba que un psicólogo fuera la solución al problema que constituía su vida, y eso no era más que un desastre total. Esta vez, el chico de las notas no tenía razón, ¿Acaso ella conocía la respuesta? No, justo como Zoe había escrito en la más reciente nota, nadie las conocía; mucho menos sus padres, pues si ellos insistían en llevarla a que alguna persona completamente desconocida intentase descifrar sus cuestiones, no podría significar más que el evidente hecho de que ninguno de los dos tenía la mínima idea de cómo ayudar a su hija por su propia cuenta. Aún así, ambos lo notaban. Ellos sabían que algo estaba mal con Zoe, aunque ni siquiera ella misma lo aceptase del todo.

De cualquier manera, Zoe no podía creer que la vida pudiera ser tan miserable para ella. Por esa razón aquel mismo día, estando de pie frente a su casillero mientras abrazaba los libros de texto contra su pecho, la muchacha sintió la manera en la que una abrasadora ola de rabia comenzaba a recorrerla; al principio no se trataba de más que un cosquilleo que Zoe parecía conocer demasiado bien, por el interior de sus brazos, pasando a lo largo de sus muñecas y centrándose en las palmas de sus manos, las cuales apretó en fuertes puños. Fue después cuando, sin poder controlar sus acciones, terminó batiendo fuertemente los libros dentro del casillero.

Aquel fuerte ruido hizo que Andy se detuviese de inmediato, alzando la mirada del vídeo que se reproducía en la pantalla su teléfono móvil. El muchacho pudo detallar la forma en la que Zoe lanzaba aquellos gruesos libros dentro de su casillero, con su rostro encendido en furia y la respiración notoriamente acelerada. Andy estaba paralizado, pues nunca antes había visto actuar a ella de esa manera; y no quería verla así de nuevo.

De la nada, Zoe dejó de escuchar la charla que segundos antes se esparcía por el extenso pasillo en el cual los estudiantes se concentraban y, con todo el bochorno que sentía en ese momento, miró a su alrededor. Cientos de pares de ojos la veían extrañados, pero su atención se centró en aquel par de ojos azules que la miraban de manera abrumadora. Justo como ella se sentía, abrumada. Tras soltar una profunda respiración, la muchacha optó por cerrar la puerta metálica de su casillero y, mientras jugaba con una cola que llevaba en su muñeca, se alejó rápidamente por el pasillo hacia cualquier parte. De la misma manera, los pies de Andy se comenzaron a mover uno por delante del otro en contra de su voluntad y al darse cuenta, notó que seguía el camino que varios nanosegundos antes Zoe había recorrido. Pero entonces, el muchacho se detuvo en seco, y es que aquello no parecía tener el mínimo sentido, o al menos no cuando él tenía por seguro que ella no le hablaría; Zoe sólo se alejaría de su lado.



➳ ¡Estoy de vuelta! O bueno, casi de vuelta. No saben lo ocupada que he estado durante estas últimas semanas (horrorosamente ocupada). Aquí les tengo un capítulo de AndyxZoe ¿qué opinan?

Bes♡♡♡s

Pero ya noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora