Then and now... And always

Los colores

*Pasado*
(El día de la boda)

Estoy frente a un espejo, viendo mi reflejo. Lo he hecho miles de veces pero esta vez es especial. Me veo diferente, siempre me veo diferente. Sin embargo esta vez estoy sonriendo a más no poder, no puedo disimular la sonrisa, no puedo fingir seriedad, no puedo dejar de mostrar mis dientes. Estoy feliz, muy muy feliz. Mi madre esta cerrando el vestido de novia que elegimos hace unos meses, puedo ver a Laura platicando con Emma, ambas vestidas con un hermoso vestido verde claro, mis damas de honor.
No puedo creer las vueltas que da la vida, es simplemente magnifico. Veo el color de sus vestidos, mi color favorito; el color del mío. Blanco.
Siempre he estado llena de colores, miles de colores. Verde, blanco. Recuerdo la época en la que reinó el color negro, después el gris, luego llegó Simon y todo comenzó a aclararse y ahora estoy aquí, con mi vestido blanco y mi sonrisa. El sol entra por la ventana y se refleja en el espejo para dibujar un rayo en mi mejilla. Puedo ver cómo se abre la puerta y justo en el momento en el que voy a voltear Ana me toma una foto con la cámara de Simon. Trae el mismo vestido verde, un poco ajustado porque Lily está esperando un hermanito.
—Debería dedicarme a la fotografía—dijo viendo la foto que acaba de tomar—. Claro que la hermosura de esta foto también tiene que ver con la modelo que aparece en ella—levantó la vista y me sonrió—. Te ves preciosa Adele.
—Gracias—le dije sonriendo.
—Mi pequeña osita—dijo mi madre tomándome de los hombros para voltearme y que me viera en el espejo—. Mírate, que hermosura de mujer—acarició mi mejilla y con lágrimas en los ojos me dio un beso en la sien—. Ahora vamos a ponerte el velo.
—Ese yo lo tengo—dijo Laura buscando el velo. Lo tomó y me volteó a ver—. ¡Wow!—dijo al verme—. Creo que voy a llorar—dijo Laura haciendo puchero.
Las pequeñas piedras de colores que se puso al rededor de sus ojos brillan por el sol al igual que la lágrima que derramó y eso me hizo llorar a mí también.
Se acercó y me puso el velo. La vi a través del espejo y ambas sonreímos. Tantos años juntas, tantos buenos y malos momentos, y aquí estamos, las dos locas llorando frente al espejo.
Me abrazó con cuidado de no "estropear mi vestido" y se fue de nuevo con Emma.
Su nuevo look le queda hermoso. Ahora que es la vicepresidenta de mi empresa optó por vestirse así más seguido.
Volteé justo cuando tocaron la puerta.
—¿Se puede?—dijo Frank.
—¡No! Nada de hombres aquí—dijo Ana sonriendo.
—Esque el novio olvidó su moño en esta habitación y...
—¡No mientas! De seguro te mandó para que le tomaras una foto a la novia y que él pueda verla pero no va a funcionar—gritó Laura—. Permiso chicas, iré a encargarme de estos hombres desesperados.
Al abrir la puerta Angelo entró corriendo, enfundado en su camisita azul claro y sus pantalones cafés.
—Mami—corrió hasta mi y abrazó la falda del vestido.
—Hola mi peanut travieso.
—Dijo papá que... ten...—me dio un pequeño papel doblado—. Shh—puso su dedo frente a su boca—. Es sequeto.
—Okay—susurré al igual que él—, gracias mi amor—y dicho eso salió corriendo de nuevo.
—¿Qué es?—dijo Emma viendo el papel.
—No lo sé, pero al parecer es "secreto"—dije sonriendo.
—Bueno bueno, vámonos ya. La marea va a subir si no nos damos prisa—dijo mi madre.
Emma y ella salieron de la habitación.
Abrí el papel para ver qué tenía.
"Te amo x"—decía el papel. Sonreí al leerlo. Tomé una hoja que estaba en el tocador de la habitación. Escribí la respuesta y lo doblé.
—¿Lista Adele?—dijo Gabriela asomándose por la puerta.
—Si... Vamos—dije y salí con el papel en la mano.

•Narra Simon•

—Lo siento hermano, no funcionó. No me dejaron pasar jaja—dijo Frank entrando.
—Bueno ayúdame con esto—dije desesperado por no poder hacer el maldito moño.
—¿En serio sigues con eso? Jajajaja. Por dios Simon—Frank se acercó para ayudarme.
—No... Sabes que, sin moño será—dije dándome por vencido.
—Okay jajajaja. Así te ves más provocativo. Más sexi.
—Cierra la boca—dije viéndome en el espejo.
—Bueno el novio provocativo y sexi podría salir de una vez—dijo Sam entrando.
—Jajajaja vamos. Estoy listo—dije frotando mis manos en mi pantalón para secar el sudor.