No me he despertado por los cálidos rayos del sol y el hermoso cantar de los pajaritos. Tampoco a causa del ruido del despertador y mucho menos porque mi hermana viniera a molestarme para que me levantara temprano. Sino como cualquier persona normal.
En el suelo.
Al menos en mi es normal. Así que cuando estaba cambiando de posición en mi cama, me enrede en las sábanas y caí al suelo. Esa ha sido la bonita causa de que me despierte. Pero sentí que el suelo era el mejor aliado en esos momentos y que era mejor que siguiera durmiendo allí.
Lancé un bostezo y por acto reflejo me quedé mirando la pared unos segundos. Donde había un reloj. Que indicaba las seis y cuarenta. Damn it.
¡Joder, que otra vez voy tarde!
Tal vez pensaran que es temprano, pero la universidad queda a una hora de mi casa y no tengo mucho tiempo. Soy la única de mis amigos que vive tan lejos, pero todo sea por la alabada beca de medicina que me premiaron al salir de la High School. Además de que las cosas aquí en Pensilvana quedan lejos y es casi imposible que no tengas tu propio carro, porque en realidad lo necesitas.
Hice mis necesidades en el baño, me di una pequeña ducha de cinco minutos y salí con el cepillo de dientes en la boca para buscar la ropa que me iba a poner mientras me lavaba los dientes. Sí, soy genial. Me puse unos pantalones de mezclilla, una camiseta blanca, unas converse blancas, mis preferidas, y para terminar me puse mi abrigo de color negro y el gorro que combinaba con ello. Hoy la temperatura estaba muy baja y en unos días iba a comenzar a caer la nieve. ¡Yo amo la nieve!
Tomé mi bolso y comencé a bajar las escaleras saltándome los escalones de dos en dos para llegar mas rápido a la cocina y despedirme de mi papá que se encontraba, como siempre, haciendo el desayuno para mi hermana y para mí. Mi mamá tiene turno de noche en el hospital y por eso solo la veo los jueves y viernes. Mi papá solo trabaja por temporadas, es decir, que duramos hasta tres meses sin verlo ya que él se tiene que ir a otro país. Nosotros somos muy unidos y todavía es mejor cuando mamá está aquí y cenamos todos juntos. Muy pocas veces discutimos o peleamos, pero cuando lo hacemos, mi mamá es siempre la que intenta arreglar el problema.
—¡Hola papi! —lo abracé y le di un beso fugaz. Le arrebate unos trozos de tocino de su plato y me los entre todo a la boca. Él solo hizo una hizo una mueca al techo, como si dijera "Señor, ¿Por qué no podría ser una hija normal?", y luego siguió haciendo más tocinos en el sartén. Mi hermana llegó y lo abrazó de la igual manera que yo acababa de hacer y le quitó el vaso de jugo que tenía en las manos para tomárselo todo de un trago y lo volvió a poner vacío en su lugar. Me reprimí una carcajada y saqué una caja de jugo de la nevera.
—¿Alguna vez han pensado en ser hijas normales y comportarse como tal? —dice mi papá mientras ponía unos platos en la mesa y sacaba unos cubiertos del gabinete.
—Estamos en una nueva era, así que te tendrías que acostumbrar, ¿No? —le dije sonriendo mientras me tomaba el jugo que quedaba en la caja y luego lo tiraba a la basura— Sabes que voy tarde y no voy a desayunar hoy tampoco, adiós.
El solo asintió y me señala con la espátula de cocinar— Recuerda de mantenerte abrigada en todo momento.
—Sí, ya lo sé, mamá —dije rodando los ojos y tome mi bolso junto con las llaves de mi Jeep Wrangler 2009. Al pasar por la silla de Angie, mi hermana, la despeino solo por molestar y salgo corriendo ya que son las siete y diez.
Me subo a mi bebé e introduzco la llave y su pequeña sacudida me dice que está lista para el viaje. No lo pienso más me pongo en marcha. Me voy pensando en que excusa decirle a la maestra de Anatomía II cuando me vea otra vez tarde en su clase. La señora McNair fue muy estricta una semana atrás cuando nos dijo que la puntualidad era uno de los requisitos para pasar su clase. Incluso me llego una carta del programa para becas, el cual decía que si faltaba más de cinco veces sin justificarlo en un solo semestre, la beca seria retirada y me sacarían el programa, entonces mi papa y mi mama me tendrían que pagar la carrera. En realidad este era mi segundo año de universidad y si no lo quería perder tendría que esforzarme más y con eso me refiero levantarme más temprano. Y aunque parezca imposible ya lo he hecho antes.
Eran las ocho y diez cuando me paro en un semáforo esperando por la luz verde. Ya solo faltaba un bloque para llegar a la universidad.
Estaba buscando mi teléfono para mandarle un mensaje a Eli, pero un auto que se detuvo junto al mío me llamo la atención. Eran un auto Mercedez de color gris que iba con una música bastante alta, y que para mi gusto era muy desagradable.
Lo que me sorprendió no fue que el chico de anoche estaba allí conduciendo, sino que mis amigos también estaban ahí. Alex estaba en el asiento del copiloto y pude ver otros más en los de atrás. ¿Y estos de que van? ¿Desde cuándo son amigos?
Intente encogerme en el asiento un poco y me baje el gorro hasta la mitad de la cara para tratar de que no me vean y me reconozcan, ya después les atacaría a Alex y Eli con una bomba de preguntas, además de que me la deben por lo de anoche.
Tampoco quería que Ethan me viera, ese chico estaba muy insistente anoche. El estaba ensimismado en querer hacer una conversación conmigo e incluso me pasó su chaqueta para que me cubriera del frío, pero le dije que no tenía. Aunque en realidad esa era la razón por la que temblaba. Me pasó su número de teléfono, pero rompí el pedazo de papel en pedacitos en frente de él. Cuando me iba a casa, se ofreció a llevarme, pero le dije que mis amigos lo harían. Era un acosador de primera, podría decir que hasta me persiguió hasta la azotea.
El semáforo cambio a verde y yo fui la primera en acelerar el auto. Entre al estacionamiento de la universidad haciendo una maniobra al estilo Rápido y Furioso y me estacioné en la parte de atrás. Bah, no hice nada. Rápidamente, agarre mis cosas antes de que ellos vinieran y me fui corriendo hasta el tercer piso del edificio A. Cuando iba a entrar al aula la maestra no estaba, pero mis compañeros estaban en grupos, de seguro haciendo el trabajo que la maestra había dejado. El aula de Anatomía II era muy grande y tenia diferentes tipos de carteles con imágenes sobre nuestro cuerpo, el aula era blanca y tenía un suave olor a flores, que no te podría decir cual era porque no se mucho sobre ese tema. Me fui a sentar al grupo de atrás donde solo habían tres personas con las cuales nunca había hablado. Una chica pelirroja con un arete en los labios. Un chico con unos lentes que sobresalían en todo su rostro, pero aún así tenía unos lindo ojos color castaños. La otra chica solo se veía normal.
La maestra entró y nos dijo que teníamos que hablar sobre un tema que ella nos iba a asignar y que teníamos una hora para practicarlo y luego explicarlo en frente de la clase. Pero ella fue interrumpida por un toque en la puerta y un chico apareció hablando con voz áspera. Quien era nada más y nada menos que Ethan.
Sip. Algunas veces la suerte mía es peor que la del Gato Tom.
—Hola, soy Ethan y soy el estudiante nuevo de intercambio —dice y le entrega un papel a la señora McNair.
—Bienvenido entonces, Ethan. ¿Podrías sentarte en uno de los grupos, por favor? Vamos a comenzar a hacer una exposición y tienen una hora para prepararse. Si quieres puedes sentarte allá atrás —señaló nuestro grupo y se fue a sentar a su mesa. Ethan dirigió la vista hacia nosotros y una mueca de disgusto se formó en su rostro cuando fijo su vista se posó en mi.
¿Y ahora qué?
Hola. Gracias por leer y espero que les haya sido de su agrado.
Cualquier opinión o sugerencia, me la pueden dejar en los comentarios, por favor. Eso me ayudara a mejorar la novela con el paso de los capítulos.
Gracias :)
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Entre Burbujas [#Wattys2016] [NDAWARDS2016] [HandWrittenAwards2016]
Teen FictionSiempre he creído que la manera en que se hacen las burbujas es sorprendente y mágica. Pero cuando mi vida se convierte en ellas, es entonces cuando lo entiendo. Nosotros éramos como burbujas; mientras más arriba estábamos, más era la posibilidad de...