Era martes y ya había terminado todas mis clases temprano, lo que significaba que tenía el resto del día libre. Como no tenía nada que hacer, me puse a estudiar un poco, incluso estudié los temas que se venían para los siguientes días. Pero ya habían pasado dos horas de eso y ahora me encontraba acostada en mi cama con mis brazos detrás de la cabeza y mi vista fijada en el techo.
Estaba aburrida y eso es muy grave para cualquier persona en este mundo. ¿Por qué? Porque simplemente no puedo estar aburrida. ¡Tengo que buscar algo que hacer ahora mismo o me muero! Pero no podía ir a molestar a mi hermana, porque estaba en un viaje escolar por tres días. Tampoco había nada que ver en la TV y mi cuenta de Netflix estaba cortada. Mi papá salió con sus amigos como cada semana y mi mamá obviamente estaba en el hospital trabajando. Lo que dejaba que tenía la casa para mi sola, también.
Entonces me recordé de algo que tenía pendiente de hacer desde hace varios días.
Tomé mi teléfono y marqué el número que no tenía registrado en caso de que alguien lo revisara y me preguntara quién era. Al principio no me contestaron, pero cuando volví a intentar, a los dos tonos me contesta la mujer de voz áspera que me contesta siempre.
—Oficina Central de la Correccional de Bucks. ¿En que podríamos ayudarle?
—Quería saber si podría hablar con uno de los reclusos, en estos momentos —me mordí el labio inferior rogando porque me dijera que sí.
—Lo siento señorita, pero las horas de llamada ya se terminaron hace una hora. Tendrá que volver a intentar el siguiente viernes. Que pase buen día —y colgó. Suspiré con frustración. Tenía dos semanas que no me podía comunicar con él y solo puede hablar los martes y los viernes. Tenían tanto tiempo que no lo veía, pero por la universidad no podía ir a visitarlo ni llamarlo más seguido. Se debe de sentir muy solo allí.
Bajé a la cocina por algo de comer, pero lo único que pude encontrar fue una caja de macarrones con queso. A Eli le encanta estas cosas, siempre que viene a mi casa se comía hasta tres cajas en un día. Así que si hacen una fiesta, no sirvan macarrones, porque de seguro que nadie va a poder probarlos por culpa de Eli.
Y hablando de fiestas...
El domingo pasado de camino a la fiesta me acuerdo que le prometí a Elizabeth, Alex y a Frank de que me vengaría de ellos por lo que me habían hecho y hasta ahora es que me doy cuenta de que no he cumplido con mi palabra. ¿Pero por qué no hacerlo hoy?
En mis labios aparece una sonrisa malévola, parecida a la del Gato de Alicia. Así que con emoción comencé a idear mi plan.
***
Terminé de entrar todo lo que necesitaba para mi plan de venganza en una mochila. Marcadores permanentes de todos los colores que tenía, aceite de cocinar, pegamento extra fuerte, unas pelucas, tijeras, pasta dental y unas paletitas dulces.
¿Qué? ¡Me podría dar hambre!
También entré unos jeans y una camiseta para mañana.
Tomé las llaves de mi Wrangler y salí de mi casa para tomar mi marcha de una hora. Le dije a papá que iría a ir a dormir a la casa de Elizabeth para tener una "Noche de Chicas", obviamente el me dijo que sí. Luego había llamado a mis tres amigos para reunirnos en una pijamada en la casa de Eli, que iba a estar sola por esta noche. Al principio se negaron, pero les dije que si no venían entonces no les iba a hablar por el resto de la semana. Como ellos me aman y no pueden vivir sin mí, aceptaron.
¿Ego? ¿Dónde?
La carretera llena de arboles alrededor, estaba solitaria y yo tomé ventaja de eso. Pisé el acelerador y el cambio repentino de velocidad me empujo contra el asiento. Ahora me encontraba a una velocidad de 110 km/h y la adrenalina corría furiosamente por mis venas. Sonreí con nostalgia. Amaba y extrañaba esta sensación que estaba sintiendo.
En menos de 20 minutos llego a la casa de Eli y veo el auto de Frank y Alex parqueados al frente también. Me estacioné y me bajé del Wrangler con mi mochila al hombro. Caminé hasta la puerta principal y toqué la puerta, a los cinco segundos Eli aparece al frente de mí.
—Hola Eli, ¿Cómo estás? —le regalé una enorme sonrisa. Creo que la emoción de la venganza me está afectando mucho. Eli inclina la cabeza y me mira confundida como por cinco segundos. Luego la cabeza de Alex se asoma en mi campo de visión y al ver que estábamos paradas ahí sin decir nada, se nos acerca.
—¿Por qué no entras? —pregunta. Pero antes de que yo contestara, Eli me interrumpe.
—Está preguntando que cómo estoy, Alex. Ella no me pregunta eso —dice frunciendo el ceño— Solo estoy verificando de que sea ella de verdad. -iba a acercar su mano a mi frente pero la aparté de un manotazo.
—¿Tiene los ojos rojos? De seguro está drogada o borracha —escucho la voz de Frank a lo lejos. Esto es increíble; quieres intentar ser buena persona un día y ya te están criticando por tus buenos modales.
¡Vamos Cassie, los vas a dejar como animales de experimento en la madrugada! ¡¿A eso le llamas ser amable?!.
Bueno está bien, tal vez no sea tan amable, ¡Pero al menos lo intento! El que no me funcione, no es mi problema.
Aparté a los dos estúpidos de mi camino y entré a la casa. Alex se fue a sentar junto con Frank en el sofá para ver la TV, donde estaba presentado juegos repetidos de la NBA. Entonces se me ocurrió la idea de ir corriendo y tirarme encima de ellos, como si de una cama se tratara.
—¡Cassie! —gruñeron los dos al mismo tiempo quejándose mientras intentaban quitarme de encima, hasta que me tiraron al suelo. Yo solo me reí a carcajadas y me levante sacudiéndome la ropa.
—Cassie, ¿Podrías moverte? —dice Frank irritado a la vez que estiraba el cuello para poder ver la pantalla, pero yo estaba en su frente obstaculizándole la vista.
—¿Cómo se dice? —me crucé de brazos.
—Por favor. ¡Ahora déjame ver el juego! —grito hacia mí. Pero antes de que pudiera contestarle, la canción de Gominola suena alrededor de nosotros. Alex abre los ojos y entra las manos en sus bolsillos rápidamente para contestar la llamada. Frank y yo nos reprimimos la carcajada por el sonido de llamada que tiene el celular de Alex. Esa era una de las razones por las que siempre traía mi celular en vibrador.
Alex se levantó y salió de la casa para poder hablar por teléfono. ¡Já! Como si yo quisiera saber con quién está hablando. No es de mi incumbencia y tampoco voy a pegar mis oídos a la puerta para poder escuchar su conversación. No lo haré.
¿Pero y si es un asesino que lo está llamando y quiere sacarle dinero? Mejor iré a escuchar. Nadie sabe si podría estar salvándole la vida a Alex.
Sin embargo, antes de que pudiera acercarme a la puerta, el entra a la casa sonriendo.
—Chicos, alguien me llamó porque su auto se quedó sin aceite. Entonces le invité a que viniera hoy con nosotros a pasar la noche. ¿No hay problema, verdad Eli? —ella solo se encogió de hombros, restándole importancia— Entonces iré a buscarlo.
—Espera, ¿Cómo que alguien vendrá? ¿No es mejor que lo lleves a su casa? —intenté no sonar grosera, pero si alguien venia podría arruinar los planes de hoy— Además, ¿Quién es ese "alguien"?
—Oh. Es Ethan.
¿Qué?
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Entre Burbujas [#Wattys2016] [NDAWARDS2016] [HandWrittenAwards2016]
Teen FictionSiempre he creído que la manera en que se hacen las burbujas es sorprendente y mágica. Pero cuando mi vida se convierte en ellas, es entonces cuando lo entiendo. Nosotros éramos como burbujas; mientras más arriba estábamos, más era la posibilidad de...