Capítulo 14: Joshua Evans

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Entro a mi casa dando un portazo a causa de la furia que corre por mis venas. Eli ha intentado hablar conmigo desde que Alex le dijo que yo me había dado cuenta del rollo y película que se habían hecho a mis espaldas. Intentó explicarse de todas maneras, pero ninguna me convencía como para dejar que ella saliera limpia en todo esto. Me dijo que desde que Alex le había dicho el elaborado plan se había opuesto a él y lo trató de persuadir para que acabara con eso, cosa que según ella logró, pero que nunca se hubiera imaginado que yo podría darme cuenta en ningún momento. Para entonces, yo la había dejado hablando sola con la excusa de que todo esto me tenía mal como para pensar en perdonarla ahora mismo.

Pero lo único que me siento es enojada. Porque a decir verdad, Ethan parecía muy agradable y divertido. Sin embargo, eso solo era una faceta que el mismo dio a descubrir. Una mentira que para mi suerte pude descubrir antes de que los pensamientos agradables y momentos divertidos se pasara a mayores.

También estaba rencorosa con Ethan por el simple hecho de que no se lo pensó tres veces antes de aceptar el trato que Alex le había ofrecido. Lo que significaba que no le hubiera importado si por alguna razón yo terminara enamorada de él y con el drama rondando entre nosotros. Lo que significaba que era un gillipollas de primera.

No te ha pegado para nada decir esa palabra, Cassie.

A paso decidido comienzo a subir las escaleras hacia mí habitación y comenzar el gran proyecto que nos había dejado la señora McNair. Pero escucho unas risas desde el cuarto que está al fondo. Luego escuché un chillido que me hizo caminar hacia ahí y averiguar qué era lo que pasaba. Lo más probable es que Angie estuviera hablando por teléfono con algunas de sus tantas amigas.

Cuando toco la puerta las risas paran y ahora escucho varios susurros que no logro entender aunque pegara mi oreja a la puerta. Frunzo el ceño con curiosidad y coloco mi mano en la manija de la puerta que para mi sorpresa se abre.

Camino dentro de la habitación con sigilo y frunzo aún mas el ceño cuando no veo a nadie ahí dentro. Pongo mis manos en la cadera y comienzo a pensar que me estoy volviendo loca.

Pero si ya lo eres, cariño.

Trago saliva mirando la habitación nuevamente y con un suspiro de frustración me doy la vuelta para hacerme pasar de que nunca escuché nada.

Pero antes de que pueda salir de ahí, hubo algo que se lanzó a mi espalda empujándome hacia delante y haciéndome tropezar mientras envuelve sus piernas en mi cadera.

—¡Por la putas! —grito mientras me removía frenéticamente para quitarme lo que sea que se haya subido a mi espalda. De seguro es algún demonio que viene por mi alma. Sabemos que iré al infierno, pero aun no estoy preparada. ¡No!

Después de eso comienzo a escuchar incontrolables risas que provenían del ser que estaba sobre mi espalda, que obviamente era Angie, y de otra parte de la habitación. Luego siento muchas manos atacando mi estomago a la vez y haciendo que cayera al suelo de la risa.

—¡Yaa, por favor! ¡Para!—digo en medio de risas y casi sin poder respirar— ¡Quiero ir al baño!

—¡Quiero ir al baño! —mi padre hace una mala imitación de mi provocando que riera aun más. 

Cuando al fin me soltaron, me levanto con la ayuda de mi papa quien todavía estaba intentando reprimir una carcajada al verme retorcida en el suelo. Mamá estaba aquí también, lo que me encontré raro. Pero la sonrisa y la felicidad que demostraba me hicieron olvidar el tratar de encontrar las razones por la cual se encuentra aquí tan temprano.

—Eso ha sido infantil por parte de ustedes —me cruzo de brazos e intento hacer un puchero enojada, pero la sonrisa que quiere salir de mi no me deja.

—Tu eres infantil —dice papa mientras arrastra a mama por la cintura y se tira en la cama haciendo que ella hiciera un grito de sorpresa que le fue seguido por unas pequeñas risillas de adolescente.

—¡Abraso oso! —grita Angie a la vez que se abalanzaba encima de mis padres y los exprimía contra el colchón haciendo que se quejaran.

—Yo me voy —digo dando la vuelta con una risita nerviosa. Pero antes de siquiera dar tres pasos, unos brazos me toman de la cintura y me alzan al aire. Gruño con frustración y le digo a mi papá que me baje porque ya estoy muy grande como para que me cargara, pero lo que hizo fue entregarme a los enemigos y juntos con ellos me apachurraron contra el colchón. No me quedó de otra que reírme y abrazarlos fuertemente también. Luego de un momento llega la incomodidad.

—Creo que se me ha roto una costilla —se queja mamá removiéndose.

—¿Quieres que ahora sea tu doctor? —le susurra papá moviendo las cejas repetidamente.

Me levanto dando un brinco— Yo me voy, yo me voy.

Angie dice lo mismo mientras salgo a paso rápido hacia mi habitación. Lo último que pude escuchar fue mamá regañando a mi padre por decir cosas así delante de nosotras y a él respondiéndole que nosotras sabíamos todas esas cosas sobre el tema.

Cansada y con una pequeña sonrisa en la comisura de mi boca camino hacia mí habitación, como había querido desde que llegué a casa. Me quito los zapatos y los pateo abajo de la cama. Me cambio la ropa por un pijama corto de color gris que tenía animalitos en todos lados. Y viendo el pijama me pongo a pensar de que tal vez me debería de comprar un perro, porque aunque los gatitos me parezcan tiernos y te den ganas de comértelos no me gustan; son muy pegajosos. Por lo tanto, un perrito estaría perfecto, pero descarto la idea cuando recuerdo que mi hermana es alérgica a ellos y que mi mamá les tiene miedo.

Iba a tomar mi computador para trabajar en todos los proyecto que tenía pendiente pero el sonido de mí teléfono me desvía de eso. Miro el identificador de llamadas pero sale que es desconocido. Me enojo de hombros y de todas formas contesto.

—¿Aló? —me coloco el celular entre el hombro y mi oreja para poder teclear en la computadora a la vez.

—Cassie... —una voz profunda habla del otro lado e inconscientemente dejo de escribir para poner atención. Claro que conozco esa voz.

—¿Joshua...?

—Solo tengo dos minutos —me interrumpe— Solo llamaba porque tenía mucho que no sabía nada de tí.

—He intentado llamarte, pero nunca puedo contactarme contigo —digo en un susurro— ¿Cómo está todo?

—La semana pasada tuve una pelea con mi compañero de celda porque él quería que le diera la mitad de los tickets que tenía para el almuerzo. Mamá vino a visitarme ayer y me dijo que no podría volver a verme en dos meses porque el trabajo le quitaba mucho tiempo. Entonces decidí llamarte y asegurarme de que tú no vas a alejarte como han hecho todos.

Trago saliva e intento que mi voz salga normal— Sabes que no lo haría, Josh. Y desearía poder ir a visitarte, pero la universidad me tiene muy ocupada. Enserio no sabes de lo que te estás salvando —intento hacer el chiste.

—Querrás decir de lo que me estoy perdiendo —se queda en silencio unos segundos— ¿Sabes? Has sido la única del grupo con la que he hablado después de caí aquí por ser un imbécil.

—Fue la culpa de todos, Josh. Ellos solo no tenían que haberte presionado y hacer lo que...

—¡Diez segundos, Evans! —grita una mujer al otro lado.

—Adiós Cassie —suspira— Solo espero que tú no me abandones como han hecho todos. Cuídate, coliflorcito —hace una pequeña voz como la de mi tía Martha haciéndome reír y olvidarme de decir adiós también antes de que se cortara la llamada.



Hola...

No me queda otra que decir "Lo siento". He estado trabajando desde la madrugada hasta la tarde y el único tiempo que tenia para escribir era cuando iba en el bus. Pero solo será por las siguientes semanas, ya después tomare el ritmo normal a la novela.

En serio lo siento por las que han estado esperando. Espero que me entiendan...


Bye, guapuras!

Entre Burbujas [#Wattys2016] [NDAWARDS2016] [HandWrittenAwards2016]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora