Capítulo 15: Ésto solo empieza

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Han pasado dos días desde los cuáles he estado intentando lo más posible de no cruzarme con Alex o Eli. A Ethan dudo que le importe, por lo que solo lo veo en el pasillo y en la clase de Anatomía. Y siempre lo veo solo, lo que me hace preguntar si no tiene amigos aquí en la Universidad.

Tú tampoco tienes, Cassie.

Y con solo ese pensamiento me pongo de mal humor por tercera vez en el día.

Hoy es jueves y el frío me calaba hasta los huesos a pesar de que estaba muy abrigada. He salido de mi última clase para ir a un pequeño restaurante en el que venden unos sándwiches exquisitos. Incluso mi papá rompe la dieta cuando le llevo uno de esos. ¡Y lo mejor es que sólo son a 4.99 dólares!

Estaciono el Wrangler en un espacio que había cerca del restaurante. Salgo del auto con las llaves en mano y cruzo la calle para bajar en una esquina hacia el retaurante. Juego al limbo cuando sin mirar hacia abajo estaba a punto de caerme a causa del hielo que había en la acera. Sí, a veces también odiaba el invierno por esa razón. Solo imagínate lo que sería bajar una calle llena de hielo resbaladizo sin ni siquiera tener puestas una buenas botas. Horrible.

Lo primero que veo antes de entrar al pequeño restaurante es un cartel que decía:

"Se busca mezera con esperiencia en el cannpo.

¡Es urgente!"

¿Es eso sangre lo que cae de mis ojos? Lo que me dan es ganas de arrancar el cartel y romperlo en miles de pedacitos. ¡¿Quién ha escrito esa calamidad?!

Decido ignorar las letras, aunque el anuncio no está mal. Creo que podría tomar el trabajo, ¿No?

Entro al local y espero en la fila hasta que me atiende un señora de algunos cuarenta años con bolsas de cansancio debajo de los ojos; la misma que me atiende siempre. Le regalo una gran sonrisa y la saludo.

—¿Lo de siempre, Cassie? —pregunta.

Asiento en respuesta y le paso la tarjeta de débito que casi no usaba a causa de que prácticamente soy una compradora compulsiva. No puedo tener una tarjeta de crédito o dejaría a mis padres en banca rota. Es por eso que tengo una de débito, solo tengo una específica cantidad de dinero en ella y no me conviene gastarlo todo tan rápido.

Cuando la señora me pasa el recibo me atrevo a preguntarle acerca del trabajo que ellos estaban promocionando.

—Entonces, ¿Están buscando mesera? —ella me mira y sonríe.

—No creo que te guste, cariño. Aquí es muy ajetreado, además de que seguro no tienes la experiencia.

—Pero aprendo muy fácil. Me podría dar una oportunidad y le juro que no la desperdiciaré —le sonrío angelicalmente y junto mis manos en señal de suplica. No creo que se vaya a dar cuenta de que en realidad soy un desastre cuando estoy aprendiendo algo por primera vez. Pero supongamos que soy toda una experta en ese tema.

—Bueno, si estás muy necesitada, que lo dudo —me mira con los ojos entrecerrados a la vez que sonríe— Entonces deberás de hablar con Rafheal, él es el dueño del restaurante. Le dices que te ha enviado Helen —me guiña un ojo y una chica con delantal se acerca a nosotras y me da los sándwiches que había pedido antes.

Le sonrío a la chica y tomo la bolsa— ¿Helen qué?

—Helen Eastwood, pero él sabrá cuando le digas que es Helen. Ese hombre siempre sabe —suspira mirando distraídamente hacia atrás de mí.

Levanto mis cejas hacia ella repetidamente y me le acerco como si le fuera a decir un secreto— Sin faltarle el respeto, ¿Ustedes se han dado sus saliditas, eh?

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⏰ Última actualización: Aug 29, 2016 ⏰

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