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Capítulo 6: La venganza II

Nos encontrábamos todos en la habitación de Eli, decidiendo quién iba a dormir en el suelo y quién iba a dormir en la cama. Como era de esperarse, estábamos haciendo el show por quien se quedaría con la cama, ya que obviamente el suelo es muy incómodo.

—¡Cassie y yo dormiremos en la cama y ya no se habla más! —grita Eli haciendo que todos nosotros nos calláramos de repente.

—Eso mismo —asentí en acuerdo con Eli. Pero otra vez los tres chicos volvieron a discutir sobre lo mismo, como si nosotras no tuviéramos voto en todo en esto.

En realidad estaba cansada de toda esta discusión. Teníamos alrededor de media hora intentando dividir la habitación para cinco personas, ya que Alex había traído a Ethan también. El cuál se había integrado en el ambiente como si nos conociera de toda la vida. También me había saludado con un beso en la mejilla y hablaba conmigo como si no fuera un idiota bipolar. Tomé mis cosas y me acerqué a Eli.

—Hey, ¿Por qué no mejor me das las llaves de la habitación que está en la terraza?

—Cassie, sabes cómo es mamá. Ella ha sido muy estricta con no abrir ninguna de las habitaciones desocupadas, si por mí fuera les daría una habitación para cada uno —me dijo un poco apenada.

—Pero es la habitación del tercer piso, solo yo voy a estar ahí —le hice un puchero. Ella pareció pensarlo un momento hasta que asintió con la cabeza.

—Está bien —me entrega unas llaves que saco de su bolsillo.

—¡Gracias, gracias! Eres la mejor —le abracé de repente y ella solo rió.

—Definitivamente has tomado drogas hoy —rueda los ojos y se va donde los chicos— Cassie va a dormir en el cuarto de arriba. Yo dormiré en la habitación de mis padres y ustedes tres se pueden instalar en mi habitación.

Los chicos se miraron entre sí y se encogieron de hombros de acuerdo con lo que había dicho Eli.

—Ya que resolvimos el problema, ¿Qué tal si vemos una película? —sugiere Alex y todos asentimos de acuerdo.

***

Estábamos sentados todos en el sillón de la sala con las luces apagadas y terminando de ver El Titanic. Sí, todos estábamos en sillón. Ni siquiera se como pudimos hacerlo, pero los sollozos de Frank y Eli ya me estaban comenzando a molestar mucho. Se han pasado la película entera suspirando de amor y ahora se encontraban llorando como margaritas, por no decir la otra palabra. Ethan se había dormido y Alex estaba igual o peor que yo.

Cuando la película se acabó, sugerí que nos fuéramos a dormir porque mañana teníamos universidad. Todos ellos asintieron y no podía esperar que todos se duerman para poder realizar mi plan malvado.

Cada uno se fue a su habitación y yo subí hasta el tercer piso y abrí la puerta de la única habitación que se encontraba allí. Casi nadie la usa, solo cuando vienen visitantes. La mamá de Eli tiene una obsesión de cuidar la casa porque es muy antigua y sus padres se la habían dejado en la herencia cuando se murieron. Por eso solo utiliza tres habitaciones de al menos diez que hay en ésta casa.

Me quité la blusa y mis pantalones, quedándome en ropa interior solamente. Estaba comenzando a sacar el pijama que había entrado en la mochila cuando una voz me hace lanzar un grito.

—¿Y donde quedó el lindo sostén de Blanca nieves? —dice Ethan que estaba en la puerta de la habitación con una sonrisa en la comisura de sus labios. Rápidamente tome las sabanas de la cama y me envolví con ellas lo mas que pude. Luego fijé mi vista en él.

—¡¿Quién te ha dado el puto permiso para entrar?! —grité bastante furiosa.

—Los chicos me dijeron que viniera a dormir aquí y me cerraron la puerta. Además, tu tenías la tuya abierta —se encoge de hombros.