Arte

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Descubrí en tus ojos un mundo vacío y con ganas de vivir. Descubrí que ya no había sol que los iluminara... pero había algo al fondo de ellos que llamaba la atención. Veía luz. Luz. Que brillante y hermosa es. Observé que tus labios estaban sedientos de besos y pasaron hambre por meses. Puude notar que, tu alma está purificada y tus alas grises. Tu cabellera reflejaba esas montañas que un campesino en el campo desea observar con lujuría cada mañana, junto a su amada y su café, en su hacienda. Rizos cabellos, libres. Eras libre y tú mismo te encadenaste. Permíteme, no tengo llave, pero le sé el juego a esta cárcel. Tu cuerpo desnudo era arte. Tus manos rojizas y llenas de cicatrices, era árbol caído, fuerte como la ceiba, como un roble, tal vez. Era naturaleza. Tus brazos fuertes, tus dedos suaves, los latidos de tu corazón y ese pecho desnudo. Un ángel. ¿Porqué entonces si eras libre, te encadenaste?
No me hace sentido. Quizás esperabas a alguien.
Y yo te saqué de esa cárcel. Una perla entre tus labios y esa luz brillante al fondo de tus ojos explotó... y me dieron los dos Soles de Armilia y las siete lunas de Cerúleo. Terciopelo. Rosa marchita.
Te descubrí. Vida que la vida es mi lujuría en las mañanas. Piel razguñada, morena. Me enamoré sin pedir permiso. A primera instancia, desde el primer momento en que te ví. Descubrí que te encadenaste por años porque esperabas a alguien. Me esperabas a mí. Un pincel roto que solo pinta de negro y su broche perdió. Y creaste Arte, unísona, abstracta. Ser sabía lo que hacía y No Ser quería arruinar esos planes. Por eso tu encadenación. Tu lujuría y respeto; tu bondad, tu valor y tu hombría. Que deleite y exquisito banquete junto a tí. Blanco por paz y negro por amor. Arte entre mis cosas. Llenaste este mundo de colores. Arcoíris y unicornios.
Descubrí en tus labios un río por beber,
miles de globos de colores por explotar.

Lágrimas EscritasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora