Te van a destruír de la peor manera. Te harán reír, sonreír, te robarán de esas carcajadas de niño que guardas dentro de tí. Te enamorarán, te ilusionarán, te harán promesas para que confíes, harán lo que sea necesario para tenerte en sus brazos y ya, cuando noten que tu locura está a punto de explotar, te dejarán caer del cielo a la tierra, sin paracaídas, golpe fijo. Se reirán de tí por haber sido tan pendejo en confíar. Te sentirás solo, esa confusión tan extraña se apoderará de ti, llorarás, sufrirás, empezaras a valorar las cosas pequeñas que hacía yo por tí. Sí, yo. Dentro de este rollo, la más jodida soy yo, porque te extraño, porque te amo y porque no he podido encontrar mejor persona que tú. Me dolerá tu dolor, pero, ¿qué más dá? Si el doble de eso sentí yo cuando me dejaste caer, cuando te fuistes sin decir adiós, riéndote, cuando me distes la espalda y rompistes todas tus promesas, "no te dejaré sola nunca, pase lo que pase"; buscar lo máximo para que yo nunca me fuera y, ¿adivina quién se fué?... Tú. Todos me lo advirtieron, incluso te busqué y, siempre me rechazastes, cuando sé que si tu vuelves, te esperaré con los brazos abiertos, porque te amo. Pero, ¿qué más dá? Tú no volverás ahora, pero sé que lo harás cuando pases por semejante cosa, la cual me hicistes pasar tu a mí; regresarás a pedirme perdón y ahí, ahí amor mío, ya yo te abré dejado de amar y dejaré salir esa carcajada de triunfo, esa que te dice que "ya no más".
