Entonces, lo entendí todo. Luego de estar rota, luego de estar hecha añicos. Luego de tantas fallas, luego de tantas falsas promesas.
Lo entendí.
Estoy muerta en vida.
No quiero vivir, tampoco morir.
Acudí a tantos malos hábitos para llenar vacíos que terminé abriéndolos más.
Intenté buscar amor donde sólo habitaba maldad, dónde sólo me quería utilizar.
Le confié mi pasado a alguien que me juzgó por ello.
Encontré la paz que necesitaba en una persona que jamás me quiso.
Intenté confíar en alguien que sabía que me fallaría.
Encontré refugio en las pastillas, la marihuana, el alcohol, la cocaína.
Me destruía frente a todos y no me importaba lo que hablaran.
Dejé que asesinaran aquella chica inocente y dulce que podía darte todo sin recibir nada.
Me utilizaron y yo me marqué.
Me secuestraron y yo me culpé.
Me abandonaron y yo me corté.
Me mataron y yo me suicidé.
Tocaba mi herida aún sangrando, porque me gustaba más tenerla que el dolor que sentía.
No quería perderme y ahora sólo queda el recuerdo de lo que era, de quien era.
Estoy perdida.
Estoy desesperada.
Estoy aturdida.
Y tú, me haces falta.
Me corté tanto en la misma abertura que ahora sólo me acompañan las cicatrices, recordándome cada intento fallido de suicidio.
Me la paso llorando porque quizá yo no quería irme del todo, pero estoy cansada igual.
Quiero morir.
O llorar.
Sin embargo, sigo prefiriendo no estar.
Y es irónico, porque todo el que llega a tocar mi puerta solo quiere usarme o dañarme. Y me culpo por eso, por creer a la ligera,
por confiar a ciegas,
me culpo por llegarte a amar.
Sin embargo, prometí no volver a intentar suicidarme y anoche fue mi intento número diescisiete en lo que vá de año.
Me duele, porque me extraño.
Volví a mis hábitos, y me perdí junto a todo lo que quería en vida. De mis peores años, este fue el peor. Las cosas no son como antes y no creo que vuelva a ser igual.
No creo que vuelva a ser la misma, otra vez.
"La depresión me ha vuelto alguien que no soy, o si lo soy no conforme con lo que doy."
