Hoy me encuentro vomitando desde lo más profundo de mis entrañas todo el amor que siento por tí. Algo tan tóxico, tan impuro e irreal como tu mismo. Mentiras. No sé cómo pasó, qué sucedió, sólo sé que nunca fuimos algo y yo sentía todo. La ausencia de una persona duele más cuando estuvo ausente todo el tiempo que se le necesitó. El odio que hoy me trago entre botellas, reemplaza aquel tan fuerte amor que llegué a sentir por vos. Noches de insomnios, ataques de ansiedad, no sabía cómo controlarme hasta que perdí la fé. Hoy me toca verte con alguien más. Desde hoy, muero por tí y vivo con la esperanza de no despertar más.
Sé que serás feliz, lo juro, pero no habrá día que desees que peleemos una vez más antes de darle el enésimo beso en el día. Tú lo decidiste. Yo te dejé ir, pero tú me perdiste. Y aunque me duele todo esto, aunque me ahogue en mi propio mar de lágrimas, jamás sabrás qué era lo que realmente te ofrecía, porque era más que una familia, muchisísimo más que un futuro, te ofrecía eternidad. Es hora de dejar atrás, es hora de dejar ir. Cada vacío en mí hoy se llena de rencor a causa de tus Mentiras. Ya no habita amor en mí. Almas impuras. Deseos sin cumplir y otra noche más de suicidio por tí.
