Díganle que me estoy enamorando.
Que lo sé porque esta sensación ya la sentí antes, pero esta vez más fuerte.
Díganle que aún con sus imperfecciones y defectos, me atrevo a decir que es perfecto.
Que no lo quiero perder, que muero si eso pasa.
Díganle que lo observo mientras conduce, que lo estudio y que me miro con él en un futuro no muy lejando, o quizás sí. Que escucho sus latidos y veo cómo la sangre corre por sus venas y siento esa sensación de que estamos conectados. De que estamos unidos, atados.
Díganle, que no se vaya. Que se quede conmigo, que no me importa lo que sea, estoy dispuesta a soportarlo. Díganle que siento calor entre sus brazos y que es frío cuando lo necesito. Díle, que necesito saber de él día a día, noche tras noche y que no deseo dormir con alguien más si no es en sus brazos. Quiero que sepa que lo necesito, que lo quiero, que lo anhelo. Que puedo vivir sin él, pero yo no quiero Díganle que me ha hecho sentir viva y en paz, que no quiero parar de sentirme así jamás.
Díganle lo que yo no puedo, porque tengo miedo.
