Desde que siento esto, no sé que hacer. Solo quiero lanzarme al vacio y morir, dejarme caer sin que nadie me empuje o me lo impida. Ya volví al abismo de antes, a lo mismo de antes, tocando cada vez más fondo o haciéndolo más hondo. No sé que hacer, solo veo y pasa por mi mente y pienso en pastillas y alcohol, suicido, tijeras. No le encuentro solución a nada, y eso me frustra, me dan ganas de llorar sin cesar. No sé que hacer con mi vida, no sé qué hacer conmigo, solo desearía desaparecer y sentir paz dentro de mí, sentirme tranquila y sola, quererme a mí misma, lejos de todos, aceptándome tal cual soy y dándome cuenta que por más que quiera cambiar jamás lo lograré, porque soy débil y no soy gente de estar en un mundo así. Siento como me tiemblan las manos, mientras mis demonios me atacan cada noche, atacan de manera involuntaria, sin yo pedírselo, se adueñan de todo y no les importa el cómo me siento, no les importa absolutamente nada. Ahí es que me doy cuenta que estoy hecha para esto, para sufrir, para no ser feliz, me doy cuenta de muchas cosas y ninguna es positiva, ninguna por más que yo quiera. Cortes, liguillas, motonía, desamor. Nunca tendré una buena recuperación. No soy buena en nada, nunca lo fuí, entonces es aquí donde empiezo a autodestruirme, porque así es que funcionan las cosas en mí, haciéndome daño, para ver si en una de esas aprendo de la maldita caída. Cicatrices, daños psicológicos y mentales, autodestruyéndome cada día más, porque es así de lo que se trata mi vida, desde hace unos años, puro dolor, nada de felicidad y sonrisas falsas, estoy es lo que soy, un desperdicio, una falla, un error. No soy nada bueno, nada hago bien, no soy capaz de hacer feliz a alguien y solo juegan con alguien que está completamente roto. Nunca antes me había sentido así, a esta magnitud, este dolor poco a poco mata, hasta que logrará que cometa mi acto suicida, mi propio homicidio, mi suicidio.
Esto fue un desahogo.
