28. El legado.

64 13 0
                                    

Varios años pasaron. Ya treinta años habían pasado. Aquella noche, en la que terminó toda esa alocada aventura, Maggie durmió bien, sus padres igual. Cuando sus abuelos llegaron la envolvieron en sus brazos, cenaron en familia a las dos de la madrugada y se fueron a dormir. Hubieron cientos de preguntas al siguiente día de cómo lograron salir, de cómo era ese lugar, de cómo se había hecho cautiva, entre otras. Muchas preguntas que fueron respondidas por Maggie.

Desde esa experiencia, se volvió más fuerte con sus sueños, aún seguía siendo la princesa, y ahora que acababa de cumplir treinta y nueve años, se había vuelto la reina de Maggieland. La malvada reina Miranda había sido derrotada junto con sus conspiradores. Maggieland se volvió un bonito y muy pintoresco lugar. Vivía grandes aventuras con el Reparador, las hadas, Washer y los príncipes. Timmy, el Reparador, se había vuelto el caballero personal de la reina Maggie.

El Reparador había dejado un legado en Maggie, aunque ella no sabía cuál, hasta que creció.

Había conseguido dos trabajos en diferentes turnos.

Después de que despertaba, se enfrentaba a su vida normal, a su vida en la realidad. Tenía un pretendiente que estaba muy enamorado de ella, al igual que ella de él. Tenía muchas ideas en la cabeza; como casarse, tener hijos, viajar a otros países, conocer al mundo entero, tener aventuras con su familia, pero todo a su tiempo. No aceptó ser pareja de su enamorado por hacer otra cosa muy importante.

El diecinueve de Junio se había anunciado por el periódico que una familia que vivía en una granja había perdido a su hijo. Parecía seguir "durmiendo", no despertaba, pero por suerte aún seguía con vida. La noticia era la principal en el periódico.

Ése mismo día, al caer la noche, los padres del chico estaban rezando a Dios para que su hijo despertara. Estaban muy desesperados, no encontraban la ayuda que necesitaban.

Se vio a una silueta que portaba un traje elegante bajar por una colina en dirección a la granja.

Entró a la casa. Se dirigió hasta la habitación del niño y entró en ella. Los padres, quienes estaban junto al cuerpo durmiente del niño, se sorprendieron al ver a una persona con traje elegante, un maletín, un atrapasueños y un búho en su hombro. Iban a preguntarle quién era hasta que habló.

–Buenas noches, soy la Reparadora de Sueños. ¿En qué les puedo ayudar?

El Reparador de SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora