8. La despedida

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Lima despertó en los brazos de Liam, justo como había despertado el día anterior.

Se levantó, pero con el movimiento también despertó a Liam.

-Te he despertado, lo siento -dijo Lima besando suavemente su mejilla-. Buenos días. Feliz aniversario.

Liam bostezó incorporándose.

-Buenos días, ojazos azules. Feliz aniversario.

-Vaya, pues sí que te ha dado por llamarme ojazos azules, antes era rubia -dijo Lima sonriendo.

-Todas las chicas sois rubias, así que ojazos azules me pareció más adecuado -contestó el chico.

-También hay muchas chicas con los ojos azules -rio Lima.

-Sí, pero no son como los tuyos, que son unos ojazos.

-Bueno, ¿desayunamos?

Mientras, en el salón había mucho ajetreo.

Delin había comentado que el sábado era el primer aniversario de Lima y Liam, y la madre al oír aquello quiso celebrarlo.

Estaban todos en el salón pues, al pie de la escalera con una pancarta de colores vivos que decía Feliz primer aniversario, con turutas y gorros de fiesta (incluido el padre) y Delin había comprado dos tubos de confeti que llevaban él y la madre.

Todos aguardaban impacientes la aparición de la pareja, hasta que oyeron unas voces.

-...me apetecen tortitas...

-¡Callaos que ya bajan!

Todos se prepararon.

Instantes después, Liam y Lima aparecieron y toda la familia gritó "¡Feliz aniversario!" acompañado por una lluvia de confeti y el sonido de unas turutas.

Liam estalló en carcajadas y Lima se puso roja como un tomate. En seguida subieron los familiares para felicitarlos.

-¿Os ha gustado? -preguntó Delin cuando estaban desayunando-. Ha sido idea de mamá y mía.

Lima seguía un tanto avergonzada y a Liam le dolía la tripa de tanto reír.

-Ha sido muy gracioso -comentó Liam-, ¿verdad Lima?

-¡Qué vergüenza he pasado! ¿No podéis ser una familia normal? ¡Cualquiera se os acerca!

Todos rieron mientras desayunaban en la espaciosa cocina decorada con cortinas azules.

-Y, ¿qué tenéis pensado hacer? -preguntó curioso Delin.

-Iremos a pasar el fin de semana al albergue del Bosque Helado -contestó Lima.

-Umm...

-¿Qué ocurre papá? ¿No te gusta la idea?

El hombre se acomodó en su silla.

-Es la época de avalanchas, y sabéis que allí ocurren muchas. Es un poco peligroso ¿no creéis?

-Mientras esté con Lima no le ocurrirá nada malo -dijo Liam convencido.

-Vaya, el héroe de mi hija -el padre sonrió-. Espero que así sea, muchacho.

-Por supuesto.

-¿Alguien quiere más tortitas? -preguntó la madre.

-¡Yo! -dijo Hel-. ¡Yo quiero más!

-¡Yo también! -dijo Liam-, esto... si se puede.

Todos rieron y comieron opíparamente en aquella agradable mañana.

Más tarde, Liam y Lima prepararon las maletas con lo necesario para pasar un bonito fin de semana en la nieve y entraron en la estación de tren subterránea.

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Los Hijos de los AntiguosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora