14vo. Capitulo

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Ambos desnudos en un balcón, solo nos rodeaba la Brisa, y el ruido de la cuidad en en una ciudad que nunca duerme, ya estaba dispuesto a todo, que más da! Si ya había probado tantas experiencias que una más vendría siendo una anécdota más que contar. Tómame en aquella esquina de el balcón, encima de esa mesa, me pondré en perritos, y me cojes si?Dijo KIMORA!-- conteste; " TE COJO EN LA POSICIÓN QUE ME DIGAS" soy tu esclavo, lo que digas y hagas para mí sería un placer. La tome en esa posición que tanto me encanta, sujetaba su cintura delgada, y su estrechez la hacía quejarse un poco, pero aun así gritaba que quería más y más, halaba su pelo corto y semi rizo, y ella solo reía con esa cara de perra que me envolvía, --Te quiero encima de mi, cojeme así, y no pares JUNE!! Fue su segundo acto en ese balcón, sus gritos se oían en todo el edificio, por un momento pensaba! Y LOS VECINOS?? Pero entre el mórbo de lo prohibido y el placer se me olvida todo, --esa pequeña mesa se había convertido en nuestro Kamasutra, "ELLA ME MIRABA Y DECÍA" --- de que quien soy yo?? Yo contestaba eres mía y de nadie más, y ella se excitaba al oír decir que ella era mía, era como una especie de placer dominante al oírme decirlo, le  empece a bofetear la cara, y ella encima de mí se movía más duro mientas le golpeaba, rugía como una fiera, me pedía que la golpeara más y más, le Hablaba sucio y ella solo se movía más duro, clavaba sus uñas en mi espaldas, -"QUIERO HACÉRTELO CON MI BOCA, DÉJAME SACAR TUS GANAS A MI MODO" --dijo KIMORA, -así de simple empezó agitadamente a darme sexo oral, era única en esa materia, lo hacía como si no hubiese un mañana, lo tragaba como que era un simple bocado, lo escupía, jugaba con él a su antojo, hale su pelo y le dije; HAZ HECHO DE MI ALGUIEN QUE NO CONOCÍA- ella dijo; ESCUPE MI CARA, quiero sentirme sucia JUNE, hazlo! Y másturbarte y encima de mi! --hacia todo lo que ella quería, pues ella era mi maestra, EYACULE EN SU CARA, y ella pasaba su mano por toda su cara como si fuese una loción a su cara, NO HABÍA LÍMITES PARA NOSOTROS, de hecho no los habrá, pues esa solo fue una noche más para narrarles.

Anécdotas de una mente sucia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora