Obligados amarse «Xiuhan/Lumin» [Corrigiendo]

5. Cena

El sábado llegó más rápido de lo que ambos chicos hubieran querido, era el día donde conocerían a la persona con quien compartirían su vida. Decir que estaban nerviosos era poco.

Poco a poco los chicos se fueron arreglando mientras el día pasaba, MinSeok recibió una llamada de BaekBunny (a BaekHyun le encantaba tomar su teléfono y cambiar los nombres de sus contactos y bufó por ello). Esa llamada sólo era para seguir insistiendo sobre ir a la fiesta, pero sólo obtuvo un «No puedo» para después finalizar la llamada. Por más que quisiera ir y escapar de la cena de compromiso, de SU cena, no debía. Pensaba que tal vez para sus 22 años él ya fuera un hombre casado, y eso le aterraba aún más. ¿No podría pasar un milagro? Algo que lo salvase de la catástrofe que se estaba volviendo su vida en algo menos de una semana.

Bajó a la sala de estar donde se supone estaría su familia arreglando los últimos detalles.

—¿Nervioso? —preguntó su padre, mientras lo vio bajar de las escaleras. Cuando se dio cuenta su madre le estaba arreglando, otra vez, porque según ella nunca era suficiente esto o aquello, hasta Moonbyul, llevaba un lindo vestido y, al igual que él, estaba hastiada de que su madre la arreglará.

«Yo no voy a comprometerme» le había dicho su hija desesperada de que no dejaba de arreglar imperfecciones inexistentes. Causando la risa de los dos hombres. Al menos su hermana lograba sacarle una sonrisa en toda está situación.

—Sí, papá, mucho. —Al fin contestó después de que su madre le terminase de ajustar la corbata.

—Es normal, no quiero imaginarme cómo estarás el día de la boda —comentó su madre.

Él tampoco quería imaginarse eso. Así como tampoco quería que llegará. Observó el reloj aún faltaban 40 minutos para la cena y sentía que vomitaría, esperaba no hacerlo en el restaurante.

—Hay que irnos o llegaremos tarde y lo último que quiero hacer es dar una mala primera impresión a tus suegros.

Esas palabras sonaban tan ajenas a él, porque, bueno, él jamás tuvo novio, mucho menos suegros y no termina de entender como pasó tan rápido de ser soltero a estar comprometido o bueno casi comprometido.

Y con esos pensamientos partieron hacia el restaurante.

Su hermana y él iban en los asientos de atrás, su padre iba manejando y su madre en el asiento del copiloto, le habían dado la noche libre al chófer, a su padre le gustaba conducir.

—Hermano... —escuchó que le susurraba su hermana, éste la volteó a ver y se acercó más a ella para poderla escuchar.

—¿Qué sucede? —respondió de igual forma con un susurro.

—Sé que esto te tiene deprimido y que no quieres casarte, que sólo lo haces por mis papás —lo vio fijamente a los ojos y continuó—: Así mismo, sé que no puedo hacer algo para detener esto, pero cuando tengas la necesidad de buscar apoyo... de desahogarte, no dudes en buscarme, estaré para ti sin importar qué.

Minseok se le quedó viendo a su hermanita, y se dio cuenta que ya no era la niña de cinco años que lloraba porque no pasaban su programa favorito o porque no le compraban la nueva Barbie, a pesar de llevarse por tres años, ella había madurado mucho. Amaba a su hermana y agradecía sus palabras.

—Gracias, Moonbyul, tendré en cuenta tus palabras. —Su hermana le tomó de la mano y la sostuvo fuerte.

—Siempre veré por ti a pesar de que sea menor que tú... además, veamos el lado positivo, tal vez sea todo un galán. —Y había regresado su hermana, éste sólo rodó sus ojos.