A Do KyungSoo le gustan los domingos, son días de ocio; trata de mantenerlos libres de tareas –haciéndolas desde antes-, un día de relajación. Le gustan desde que el sol entra por la ventana e ilumina su habitación, el único día que se permite levantarse a la hora que quiera, le gusta tomar un baño con burbujas o mantenerse en pijama viendo algunos programas. Sí, un día donde se puede tomar un respiro de todo el estrés que es su vida y la escuela.
Sólo que ese domingo no estaba siendo exactamente como los otros.
Siente su cabeza reventar, la garganta seca y todo el cuerpo adolorido, pero lo peor es la parte baja de su espalda, siente que se dio un buen golpe, un dolor que le atraviesa toda la columna. Siente el sol en su cara y eso provoca más molestias para el palpitar de su cráneo. Sumando los pequeños ronquidos sobre su oído... ¿Ronquidos?
Abre los ojos tratando de acostumbrarse a la luz, siente ganas de vomitar. ¿Era eso la resaca? Siente movimientos a su lado alertándolo de inmediato, observa a su alrededor desconociendo donde se encontraba porque esa no era su habitación, esa no era su cama y desea que el rostro que está viendo no sea el de Kim JongIn. Pero cuando este abre los ojos y se sienta en su cama dejando su torso desnudo, todos los recuerdos de anoche le pegan como una bofetada. Quiere llorar de la frustración y del dolor. Porque no pudo haber hecho eso, nunca; jamás.
—Maldición —susurra, trata de moverse y poder sentarse, sin embargo, el dolor en su trasero se lo impide y lo peor es que le sirve para darse cuenta que no es obra de su imaginación lo que pasó.
—Si te mueves más, te lastimarás —escucha la voz ronca del chico, se escucha normal, como si toda la situación lo fuera y le dan ganas de golpearlo por mantenerse tan sereno.
—Dime por favor que si estamos desnudos no es por lo que creo y que el dolor en mi culo es porque me caí de algún lugar. —Trata de cubrirse con las sabanas, ve la risa del chico por su actuar.
—Sabes perfectamente lo que sucedió.
—¡¿No se supone que eres heterosexual?! —Le grita, cansado de mantener la calma cuando no se siente capaz de hacerlo. Y una vez más su cabeza martillea y su garganta se siente arder.
—No grites. Mi cabeza estallará —se queja y se lleva las manos al puente de su nariz—. Y sí soy hetero, pero tú me provocaste.
KyungSoo lo mira con asombro, recuerda –aunque con imágenes borrosas-, lo que paso y no permitirá que mienta.
—No es cierto. En ningún momento te dije: "Hey, JongIn, ven párteme el trasero".
—No estaba en mis cinco sentidos y tú tampoco, por segunda vez, baja la voz.
—Esto es increíble, el maldito de Kim me violó. —El pequeño se enrolló la sabana y como pudo empezó a bajarse de la cama.
—No es violación si la otra persona quiere.
—No estaba consiente de mis acciones, abusaste de mí.
El moreno rodó los ojos por la sobre actuación del chico. Vio las marcas en su pálida piel y sonrió con altanería, era cierto que no estaba en sus planes acostarse con él, pero al menos eso le enseñaría a no menospreciarlo.
—Como sea, no te negaste y hasta lo disfrutaste, no pensé que fueras tan gritón y que te movieras de esa forma.
El pelinegro se coloró hasta las orejas, vergüenza y deseo de matar al chico es lo sentía. Al menos entiende por qué su garganta también le molesta.
Puso los pies en el piso, listo para buscar su ropa, pero en cuanto se levantó no creyó que sus piernas no aguantarían llevándolo de bruces al piso. Escuchó movimientos proviniendo de la cama y cuando se dio cuenta tenia a JongIn frente suyo tratando de ayudar, desvió la mirada ya que se encontraba desnudo y parecía ni inmutarse.

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Obligados amarse «Xiuhan/Lumin» [Corrigiendo]
RomanceMinseok y LuHan, hijos de familias ricas y poderosas. Un mundo superficial. Ambos deben enfrentarlo, y tomar el lugar que les corresponde. Un negocio bajo la fachada de un matrimonio. Sin ningún tipo de esperanza o alegría por esta unión. Su destino...