Han pasado unos días después de aquel beso que compartieron ambos chicos. Sin saberlo ahora se daban pequeños roces o tiernos besos cuando se saludaban o despedían. Todo tan natural que siempre les provocaba tímidas sonrisas.
Se podría decir que ahora sí eran una verdadera pareja.
Los dos salen del coche de MinSeok, después de casi pasarse un alto han podido llegar con bien. Se dirigen al elevador para llegar a la planta alta. Los dos están algo nerviosos. Era la primera vez que visitaban el edificio que sería la nueva empresa Lu&Kim. Sus padres no son buenos inventando nombres, claro está.
El edificio era más grande que cualquiera de los otros dos donde eran dueños sus progenitores.
Llegaron a la última planta donde se supone que estarían sus oficinas, aun no entendían cómo estaría sus despachos, ya que ambos son los dueños, o sea, los dos serían los jefes.
Tomados de las manos salieron del elevador y avanzan donde se encuentran dos mujeres, no mayores de 30 años, sus rostros eran serios, pero amables.
—Buenas tardes, señor Lu, Señor Kim. —Se inclinaron ambas chicas y saludaron a los chicos que correspondieron el saludo—. Soy Lee MinYoung, seré su asistente personal. —Se dirigió a MinSeok, la chica tenía una cabellera larga, café chocolate—. Ella es mi compañera Wang PeiPei, y será la asistente de usted, señor Lu. —El chino asintió.
—Por favor, síganme —habló Pei, la cual tenía el cabello negro, corto, hasta la altura de los hombros.
Los cuatros se pusieron en marcha, ese piso era extenso, dejaron atrás el pequeño pasillo dando paso al vestíbulo donde se encontraban dos escritorios, uno enfrente de otro. Era claro que pertenencia a las asistentes. A lado de cada uno de estos había una puerta color blanca. Y justo en medio había otras dos puertas creando una sola, era color negra con las manijas plateadas.
—Les mostraremos primero la sala de juntas. —Siguieron derecho llegando a la puerta negra que era más grande que las otras dos blancas. Se introdujeron—. Aquí se llevaran a cabo las juntas que serán cada fin de mes o en ocasiones especiales.
Las ventanas remplazaban las paredes dejando ver todo el paisaje que ofrecía la ciudad, una araña colgaba en medio del gran escritorio color café oscuro que estaba rodeado de sillas de cuero del mismo color. La habitación estaba pintada de color blanco, había más detalles que ninguno de los dos interesó, después de todo habría más tiempo para apreciarlos.
Salieron de la sala y la pelinegra la cerró.
—Por favor, Señor Lu, le mostrare su oficina.
—Yo le mostrare la suya, Señor Kim.
Los chicos siguieron a sus asistentes tomando caminos contrarios, antes de llegar voltearon encontrándose con los ojos del contrario y sonrieron para después adentrarse al cuarto.
—Es igual de grande que la de su prometido, aún no hemos colocado muebles porque esperamos a que nos indiquen que es lo que querrá, será a su gusto. —El chino caminó alrededor de lo que sería su oficina. Grandes ventanales estaban frente a él y sonrió triunfante.
Estar ahí es donde siempre quiso estar. Su sueño se estaba cumpliendo poco a poco. Trabajar en la empresa familiar, dirigir los hoteles y pronto la estabilidad de un matrimonio. Aunque haya sido bajo circunstancias poco agraciadas, ahora eran sensaciones olvidadas reemplazadas por unas mucho más cálidas y felices. Claro que no se imaginó que tendría que compartir el puesto de jefe con otra persona, pero no era algo que le desagradaba, después de todo su futuro esposo tenía el mismo derecho que él.

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Obligados amarse «Xiuhan/Lumin» [Corrigiendo]
RomanceMinseok y LuHan, hijos de familias ricas y poderosas. Un mundo superficial. Ambos deben enfrentarlo, y tomar el lugar que les corresponde. Un negocio bajo la fachada de un matrimonio. Sin ningún tipo de esperanza o alegría por esta unión. Su destino...