Dos botellas de vino se encontraban en la mesa, una casi vacía y la otra a punto de ser abierta.
Cuando los anillos fueron colocados los adultos creyeron que era hora de brindar, LuHan ya había tomado dos copas y MinSeok no podía acabarse la primera. No volvieron a cruzar palabras después de que el chino le hiciera aquella proposición, ahora sentía el ambiente mucho más pesado. Su hermana sólo prestaba atención a su teléfono claramente aburrida, él estaba igual o más aburrido, solo quería irse y dormir.
De nuevo su atención volvió a Luhan quien de igual manera no comentaba nada, su padre le estaba diciendo algo cerca del oído y éste sólo asintió, dirigió su vista hacia él, estaba avergonzado de haber sido atrapándolo viéndolo.
—¿Qué les parece si vamos a bailar un poco? —El Sr. Lu habló, dirigiéndose a los adultos, estos aceptaron gustosos. Otra característica de ese restaurante es que tenía una amplia sección donde podían bailar con un poco de música lenta y suave.
Una vez que se levantaron, LuHan se paró de su lugar pidiendo disculpas para dirigirse al sanitario. Al fin sólo con su hermana sintió que pudo respirar con calma.
—Ya quiero irme. Es tan asfixiante está situación.
—Oye, déjame ver el anillo —pidió su hermana con emoción. Haciendo caso omiso del comentario de su hermano. Él se lo mostró y seguía poniéndose rojo, era tan hermoso, pero tan atemorizante; algo que sellaba su destino—. Dios, es tan bello, yo quiero uno también.
—Cuando te comprometas lo tendrás —trató de bromear, sin en cambio su humor no era el mejor.
—Sé que esto del compromiso no te tiene con los mejores ánimos, pero, hermanito, tu futuro esposo es todo un galán. Dime, ¿por qué siento que hay algo más que te tiene preocupado? He notado que te perdiste en tus pensamientos.
—Bueno... en la escuela hay personas de las que debes cuidarte, cuando se sepa que Luhan, el chico más popular y de los más codiciados de esta se ha comprometido con el soso de Kim MinSeok, es posible que la Universidad estalle, todos se irán en contra de mí, el mundo sabrá que el matrimonio fue arreglado y eso es lo que más les molestará al «club de fans de Luhan».
Porque, oh, sí, Luhan tenía su propio club de Fans, muchas de ellas rechazadas por él y aun así seguían viéndolo como un dios griego bajado del olimpo. No las puede juzgar, cuando él por algún tiempo pensaba lo mismo. Las chicas eran de temerse, si algo le pasaba al chino por culpa de otra persona se vengarían de esa pobre alma, lo peor era cuando una chica becada intentaba confesársele, la humillaban y la "ponían en su lugar", le dejaban en claro que jamás podría estar con alguien como él, por supuesto, en el club sólo había chicos y chicas adineradas.
—No creo que él permita que...
Se vio interrumpida por la llegada del mencionado y las cosas se volvieron a poner un poco tensas. Más aun cuando el chico no regresó a su lugar en vez de eso se mantuvo parado a lado del asiento de MinSeok ofreciéndole una mano.
—Sería bueno que bailáramos un poco, tal vez para conversar. —Si Luhan estaba nervioso, no se notaba. Un poco dudativo asintió con la cabeza y tomó su mano, juntos se dirigieron a la pista de baile. La música que sonaba era tranquila, puso la mano en el hombro de Luhan y éste en su cintura, su cuerpo se tensó. Se dejaron guiar por el ritmo de la melodía.
Luhan había llegado justo cuando Minseok le contaba su hermana el temor que sentía por la noticia del compromiso ante la sociedad, sobretodo la escuela. Él no le veía problema con hacerlo público, sin embargo, si su ahora prometido se sentía inseguro por ello haría algo para que la presión fuera mínima, después de todo prometió ser alguien bueno con él y hacerlo feliz. Tenía que dejar de lado esa actitud prepotente que poseía, su padre le había dicho que fuera amable con el chico y que lo tratara como lo que era, su prometido. Comenzando con una invitación a bailar para comenzar una conversación.
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Obligados amarse «Xiuhan/Lumin» [Corrigiendo]
RomanceMinseok y LuHan, hijos de familias ricas y poderosas. Un mundo superficial. Ambos deben enfrentarlo, y tomar el lugar que les corresponde. Un negocio bajo la fachada de un matrimonio. Sin ningún tipo de esperanza o alegría por esta unión. Su destino...