Obligados amarse «Xiuhan/Lumin» [Corrigiendo]

18.

MinSeok mira el techo de su habitación sin interés, llegó hace dos horas de la casa de los Lu, se metió a bañar y sin más se recostó en su cama. Ha estado en la misma posición desde hace media hora y cree poder seguir así un rato más.

Observa su anillo de compromiso y una pequeña sonrisa se instala en su rostro, casi inevitablemente; le gusta su anillo, puede tomarse la molestia de presumirlo, y lo hace. Sobre todo cuando BaekHyun empieza un drama exigiendo uno igual de bello. A veces también siente la mirada de sus otros amigos y en más de una ocasión atrapó a SeoHyun con su ceño fruncido y su mirada llena de envidia sobre él y su argolla.

Sabe que está mal, pero no puede evitar sentirse seguro y feliz que toda la escuela está más calmada y hasta podría ver en sus caras rastros de alegría por su relación con LuHan, él también lo está. Es una lástima que los miedos lo atormenten, el no saber qué es lo que realmente piensa y siente el chino, aunque debe significar algo el que anoche se haya atrevido a besarle, por segunda vez.

Se sonroja al acordarse y hace que sus mariposas en el estómago revoloteen, otra sonrisa se escapa de sus labios.

Escuchó unos suaves toques en su puerta y seguido de esto se abre despacio, ve la cabellera negra de su madre, mucho más larga que la suya.

—Pensé que dormías.

—No, sólo estaba... descansando —le respondió. Se acomodó en su cama cuando su madre se sentó en la orilla de esta—. Yo pensé que estabas en la oficina, con papá.

—Acabó de regresar, él tenía que asistir a unas reuniones y ya sabes lo aburridas que son. —Su madre bufa y él ríe, ella toma un mechón de su cabello dándole vueltas, conocía ese gesto ya que también lo hacia su hermana. Un gesto que hacían ambas cuando se morían por saber cosas, pero sin saber cómo preguntarlas.

—Mamá, ¿qué pasa? —SoHee lo miró y sonrió, es un alivio que su hijo comenzara.

—Bueno, es que no me has dicho como vas con LuHan, ayer te quedaste en su casa; ¿No debo preocuparme por un nieto antes del matrimonio, verdad?

MinSeok niega y se sonroja. Su madre era tan ocurrente.

—Claro que no, mamá, no ha pasado nada de eso. No tienes por qué preguntar eso. Además, estamos llevándonos muy bien, me gusta —contestó honesto, pudo ver el brillo en los ojos de su progenitora y como lo miraba con dulzura.

—No sabes cuan feliz me haces, cariño. Es importante que te lleves bien con tu futuro esposo.

—¿Puedo preguntarte algo, mamá? —con tono dudoso miró a la mujer.

—Lo que quieras.

—¿Cómo fue tu relación con papá al principio? —el chico se sintió apenado por preguntar aquello, nunca lo había hecho y sus padres jamás hablaron de ello, aunque estuviera al tanto de que ellos se habían casado por conveniencia.

—Pues —su madre colocó su mano en su mentón con pose pensativa—, los dos éramos muy tímidos. Además, nos conocimos dos meses antes de contraer matrimonio. —Eso a MinSeok le sorprendió, no tenía conocimiento de aquel dato—. Sí, lo sé. Fue muy pronto. Pero ya sabes cómo eran mis padres y como son los de tu papá, de todas formas cuando lo vi por primera vez supe que funcionaría, la primera impresión que me dio fue la de un hombre honesto y cariñoso, y lo es, hasta la fecha. Cuando nos casamos, los dos estábamos felices, de mi parte te puedo decir que ya estaba enamorada de él.

El pelinegro sonrió al ver el semblante lleno de luz de su madre al contar su pequeña historia, se alegra que hayan sido bendecidos con su matrimonio, que estén felices y sobre todo enamorados. Sabe que no le contó todo, pero tampoco quería saber más, su madre dijo lo necesario.