Capitulo Cuatro

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Louis.

-Y es así, como nuestra empresa saldrá adelante. Solo es de empeñarnos más y ¡listo!-. Concluye él sr. Paul, parándose de su silla mientras se posiciona detrás de mí, sus regordetas manos haciendo presión en mis hombros.

-Me parece buena opción-. Ruedo los ojos, fastidiado ya de tanto trabajo.

Había pasado toda la maldita tarde organizando papeles, dando ideas, aguantando la voz fastidiosa de Daniela, las ordenes de Paul, entre otros asuntos empresariales, y lo peor de todo es que ni siquiera he podido hablar con mi bebé, ni un "buenas tardes, ¿ya comiste?"

-Louis-. La fastidiosa voz de Paul hace que salga de mis ensoñaciones.

-¿Qué?-. Respondo de mala manera mientras me paro de la silla y me giro a encarar a mi jefe, quien se encuentra ahora frente a mí, aún con sus manos sobre mí, en la espera de un respuesta.

-Te he estado hablando desde hace minutos-. Responde en todo burlo, logrando que ruede lo ojos de puro fastidio -He dicho que te puedes retirar.

Tras dichas palabras, simplemente salgo de la oficina yendo hacia la mía, en donde tomo mis cosas, me arreglo un poco el cabello y salgo como bala recién lanzada, en busca de mi bebé a quien extraño demasiado.

Tras dichas palabras, simplemente salgo de la oficina yendo hacia la mía, en donde tomo mis cosas, me arreglo un poco el cabello y salgo como bala recién lanzada, en busca de mi bebé a quien extraño demasiado

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-Dulces sueños, cariño-. Oigo como Anne se despide dulcemente de mi bebé, recibiendo una respuesta de inmediato, seguido de un beso tronador.

Cuando escucho que Anne sale de la habitación y cierra la puerta, salgo de mi escondite, el cual es tras las cortinas del balcón, y me escabullo por la ventana de Hazza, entrando fácilmente a su cuarto.

-Mmh Mmh-. Murmuro llamado la atención de Haz, quien se encontraba acostadito en su cama.

-¡Daddy!-. Chilla mi pequeño, saliendo de su cama de un salto, lanzándose sobre mí.

-Hola, amor-. Saludo dejando un beso casto en su cabecita mientras le acaricio su espalda con mis manos.

-¿Por qué no llegaste hoy? – pregunta en un murmuro –¿Sabes cuál fue mi reacción cuando no vi tu auto afuera de la escuela? – Reprocha tan dulcemente, haciendo un tierno puchero mientras se cuelga en mi cuello y me mira con esos bellos ojos verdes que posee.

Y es ahí mismo que no puedo contener, por lo que me lanzó a besar su lindo puchero. –Lo se, amor..., pero Paul me pidió que me presentara en su oficin-

-¿Qué hiciste ahora, Louis?-. Pregunta interrumpiendo mi explicación, haciendo que largue una carcajada.

-Nada malo, nene –besó su mejilla –Solo era para solucionar unos asuntos de la empresa, nada del otro mundo –termino de decir antes de pegar nuestras frentes y jugar con nuestras narices, dándonos un beso esquimal.

My Little Baby Boy || LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora