Capitulo Siete

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-¿Profesora Anne?. -La voz de uno de sus estudiantes hace que aparte la vista del libro frente a ella, con un asentimiento con la cabeza indica a su alumno que pase.

-¿Qué necesitas, Jacob?. -Pregunta, quitandose los lentes y poniéndolos en el escritorio. Su cansada vista se posa en el chico delgado de piel morena y sonrisa encantadora. Sonríe devolviendo el gesto.

-La directora Morghan, quiere verla en su oficina.

Dicho esto, la pelinegra de su pone de pie, guardando todos sus útiles y cosas de más en su bolso, dispuesta a salir del aula, junto a su estudiante, encaminándose a la dirección.

Llevaba más de 27 años siendo maestra en el instituto Doncaster Rovers School, uno de las escuelas más caras y mejores de toda Inglaterra. Hay que admitir que para entrar en esa escuela, solo necesitas buenas calificaciones y buena conducta (o un poco de dinero, igual serviría). Para Anne trabajar ahí, era uno de sus más apreciados sueños, un sueño que se había vuelto realidad, gracias a sus padres que la apoyaron en todo para sobresalir y ser la mejor. Cosa que logró.

Pero volviendo a la actualidad, la pelinegra camina por aquellos pasillos coloridos y llenos de alumnos contentos, corriendo de un lado a otro, dando brincos por doquier, gritando, riendo, entre otras cosas que hacían a Anne sonreír de alegría.

Una vez parada en el umbral de la puerta de la Directora Morghan, toca dos veces esta, recibiendo un "adelante" por parte de la mujer mayor.

-Gracias, Jacon -murmura mientras se despide de su estudiante y entrando a paso lento a la oficina -Buenas tardes, directora.

-¡Anne! Qué gusto verte. -La susodicha, frunce el ceño ante la gran emoción de la mujer frente a ella, quien se encontraba sentada detrás del escritorio, con las manos puestas en el mueble, sosteniendo su delgado rostro.

-Lo mismo pienso.

-¿Sabe porqué la llamé?. -Su voz autoritaria y gruesa, hace que la mujer parada frente a ella se le erizara un poco la piel.

-No lo creo. -Admite aun con su margen recta y modesta. Su mente maquinando lo que pasaría a continuación.

-Ire al grano. Anne... Estás despedida.

[•••]

Lágrimas corrían por sus mejillas, su vista no dandole crédito a la autopista donde manejaba, su mente en otro lado y aquellos pequeños punzones de cabeza que le daba cierto tiempo.

¿Qué había hecho mal? ¿Acaso no se empeñaba lo máximo para ser la mejor y educar a sus estudiantes de la mejor manera? ¿Por qué la habían despedido? ¿Acaso fue una queja inventada hacia ella? ¿Por qué ella? Se preguntaba una y un millón de veces, mientras conducía hacia su casa.

Estaba destrozada, no sabia qué hacer. ¿Qué haría ahora que no tiene trabajo? Si bien podía encontrar otro, dudaba sinceramente que le pagaran igual o mejor que en el que estaba, además de que su vida se había basado la mayor parte en la docencia y no había otra profesión o empleo que le gustase más que eso.


Mientras que su mente estaba en un lío, no se dio cuenta que ya solo faltaba una cuadra para llegar a su casa, por lo que, aún consternada se secó las lágrimas y se estacionó justo frente a su casa, delante del auto de Louis.

La pelinegra baja de la manera más lenta y cuidadosa del auto, poniéndole seguro una vez que saca sus cosas de la parte trasera y empezando a encaminarse hacia la puerta de entrada.

My Little Baby Boy || LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora