Diecisiete: El último beso

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Es tan fácil romper un corazón; como dejar caer un vaso al suelo, y que todos los pedazos queden esparcidos. Aunque se unan, nunca será igual. Lleva las cicatrices; marcas que le recuerdan el dolor. Queda vacío, sin vida, con miedo. Los recuerdos sabotean al olvido, y las sonrisas se convierten en muecas ilegibles. El amor se oculta tras el rencor y te marchitas con una lentitud agónica.

Después de esa noche las cosas no volvieron a ser igual. Lena estaba distante conmigo, sus ojos estaban vacíos, no podía encontrar el sentimiento que días antes juraba tenerme; sus labios apenas rozaban los míos. Me sentí sola, teniéndola a mi lado, era frustrante.

-¿Quieres pasar?- le dije un día que ella fue a dejarme a mi casa.

-No, tengo que ir con mi mamá. Será en otra ocasión-

Últimamente obtenía la misma respuesta. Me acerqué a ella para despedirme; me besó la mejilla y se volteó. Era obvio que no quería besarme en los labios.

-¿Estas bien?-

-Sí claro, nos vemos mañana-

-De acuerdo, adiós-

-Adiós-

Y esa escena se repitió una y otra vez. Dos semanas antes de la graduación Vitya me acompañó a buscar un departamento. Había convencido a papá de comprarlo, habíamos llegado al acuerdo de que yo se lo pagaría poco a poco y así no tendría que vender la casa de la abuela, podría independizarme al entrar a la universidad y tendría algo que ofrecerle a Lena.

-Este me gusta- le dije con una sonrisa en mis labios.

Después de muchas citas con el agente de ventas por fin lo encontraba. Un lugar con la magia y el calor de un hogar. Podía imaginar a Lena recostada en el sofá abrazada a mi cintura, mientras veíamos televisión.

-Sí, este es.- aseguré.

El lugar era amplio, con una gran vista y muy iluminado.

-Me gusta- aseguro mi amigo. –Y a Lena le encantará-

-Aún no le digo- dije acercándome a la ventana.

-Tu siempre esperando el momento indicado- me dijo Vitya entornando los ojos.

-Lo sé, pero es algo importante. Quizá en la graduación lo haga.-

-Sería lindo-

-Va a ser lindo-

-¿Crees que acepte?-

-No lo sé, pero espero que sí. ¿Qué te parece si pongo un diván de este lado, bajo la ventana?- dije señalando con mis manos el lugar donde lo visualizaba.

-Bien, me gusta tu estilo.-

-Ok, quiero este- le dije al agente quien nos esperaba en la entrada.

El resto de la semana estuve buscando muebles para mi nuevo hogar; así que casi no tuve tiempo para Elena. Pero ella parecía no notarlo.

Hubo una fiesta en casa de Vladimir para celebrar que estábamos a punto de graduarnos. Toda nuestra generación estaba ahí.

-Vlad, ¿has visto a Lena?- pregunté mientras con la vista buscaba a la pelirroja en la cocina.

-Si, esta en la sala- respondió para después regresar su atención a la chica con la que estaba.

La música estaba a todo volumen, todos bailando y bebiendo hasta reventar. Entré a la sala buscando a Lena para aclarar lo que estaba pasando. No entendía; ¿había echo algo mal?, ¿estaba molesta conmigo? La había extrañado y quería compartir con ella lo que estaba haciendo.

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