Veintiuno: La última apuesta

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-¿Disculpe?- Pregunta de nuevo el taxista al escucharme hablar.

-De la vuelta- le ordeno mientras saco mi celular y marco un número de memoria.

¡Estoy loca, muy, muy loca! Sólo tengo una ficha más, a la que me estaba aferrando con uñas y dientes para no perder el orgullo y la dignidad que me quedaba; pero de qué sirve quedármela si significa perder a Lena.

-¿Hacia donde?-

-Espere un segundo.- Le digo al conductor.

Me quiero dar de golpes en la pared por no haberle preguntado donde es la boda, y más aún por no haberle dicho que la amo. "Estúpido orgullo, no sirve para nada." Pienso mientras escucho el tono de llamada esperando a que atienda.

-¿Hola?- responde la voz en el teléfono.

-Dime que sabes dónde se casa Lena- hablo tan rápido que temo que no entienda lo que dije.

-¿Yulia?, ¿qué sucede?-

-Por favor, necesito saber dónde es la boda- Ruego desesperada.

-Tiré la invitación, no pienso ir. ¿Te invitó? ¿vas a ir?-

-¡Olga busca la jodida invitación!- grito con frustración y oigo que ella se esta moviendo.

-¡Ash! ¡odio que me grites Volkova!-

-Por favor- Agrego tratando de tranquilizarme.

-Espera, ¿para qué quieres la dirección?, ¿si te invitó porque no te la dio ella?. No, no, no Yulia, no irás a rogarle.- Bufo al escucharla y decido cambiar de táctica.

-Perfecto, si no me la vas a dar, llamaré a Marishka...-

-¡Ah!, no hagas eso; no uses psicología inversa para sacar información-

-Olga, es lo último. Por favor amiga, necesito la maldita dirección y Vitya no me la dará, te lo suplico.-

-Yulia, te harás daño-

Trato de encontrar en mi cabeza las palabras justas para convencerla; esta intentando ser buena amiga pero no tengo tiempo para esto y suelto lo primero que me viene a la mente.

-Me he estado haciendo daño los últimos cuatro años Olga, necesito esto, para que regrese conmigo o para cerrar página, pero lo necesito. Por favor.-

-Espera, antes debes prometer que estarás bien-

-Lo prometo-

Ella me dice la dirección y yo la repito para el taxista.

-Listo, ya estoy en camino.-

-¿Qué planeas hacer?- Me pregunta Olga en el teléfono.

-No tengo ni idea. Pero no puedo dejar que se case sin antes decirle que la amo-

-Yulia, estas loca amiga mía. No creo que salga bien, piénsalo un segundo...- Intenta persuadirme de nuevo.

-No tengo tiempo para pensarlo Olga, ya debe de estar en la iglesia.-

-¿Quieres que te alcance?, yo sólo me visto y salgo para allá-

-No, no te preocupes. ¿Olga?-

-¿Sí?-

-Gracias-

-Aquí estoy, por cualquier cosa. Llámame.

Los segundos se me hacen eternos y me arrepiento de haber colgado la llamada con mi amiga.

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