4. Es real

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Antes de cualquier cosa, ruego para que no se vaya.

— ¡No me hagas dormir! —Pido desesperada.— Necesito saber muchas cosas.
— Contristatus.

Y entonces, todo se vuelve negro.

Cuando despierto, estoy en la cama de mi habitación. Me levanto, pero mi madre llega con una taza de té.

— Eh, eh, eh, ¿qué haces levantada?
— Necesito salir mamá.
— ¡Ja! Y yo necesito más tiempo y que las cosas se hagan solas. Estás ardiendo en fiebre, Maya.
— ¿Qué?

Me tomo la frente y es verdad. ¿Cómo me pude enfermar?

— No saldrás de aquí. Bébete el té y tómate esa pastilla.
— Mamá...
— Ni se te ocurra salir de tu cama.

Tomo el té y miro por la ventana. Está empezando a nevar y estoy perdida, así menos me dejaran salir con este tiempo.

A los minutos después llega Bella. Ella se acuesta conmigo y toma el resto de mi te.

— Vine a penas tu madre dijo que estabas enferma. ¿Qué te pasó?
— Te mueres Bella.
— ¿Qué? —Me mira preocupada.— ¿Cómo que te mueres? ¿Qué haré sin ti? ¡No te puedes morir!
— No, no es eso, te morirás cuando cuente lo que me pasó.
— Dímelo todo.
— Ah, antes, lo siento por irme así.
— No te preocupes, ahora tengo chófer.
— Si, después me contarás eso. La cosa es que fui al bosque y te mueres a quien encontré.
— ¿Quién? No me digas que Max.
— Si, bueno, no estoy tan segura, pero si, creo que era él.
— ¿Cómo lo sabes?
— Lo perseguí y le pedí que se diera vuelta, y cuando lo hizo, él era tan grande que mi cabeza llegaba a la altura de su pecho y ahi tenía una marca.
— Ok...
— Una marca con mi nombre, tal cual como era en el sueño, Bella.
— ¡Me estás jodiendo!
— ¡No!
— Entonces es real.
— Lo es.
— ¿Y qué paso?
— Bueno, el idiota me desmayo y ahora estoy aquí enferma.
— De seguro esto es obra de él.
— Yo también lo pienso.
— ¿Y qué haremos ahora?
— Iremos al bosque, bueno, cuando mi mamá me deje.

Luego Bella me cuenta lo que pasó después de la fiesta. Connor la invitó a pasear y le dijo todos sus sentimientos. Bella no lo podía creer, pero luego también tuvo miedo. Digo, es algo torcido y románticamente peligroso un amor así.
Da igual, tampoco es tanta la diferencia.

Después de muchos comentarios e historias de amor, Bella se fue a su casa. Mi madre y mi padre venían continuamente para ver cómo estaba. Ellos creían que mañana amanecería mejor.

Despierto y un rayo de luz entra por mi ventana. No está nevando, pero si hace mucho frío.
Me visto rápidamente y antes de que mis padres se levanten, me dirijo al bosque.

Cuando llego al sector donde lo encontré anteriormente, miro hacia los árboles y luego cierro mis ojos.

— Sé que estás aquí, y si es que eres real, estás siempre cuidándome y a mi lado, así que te diré unas cuantas cosas para que las escuches.
Max, estoy enamorada de ti. Puede que solo haya sido un sueño, pero el sentimiento quedó muy bien puesto en la realidad. Sé que tengo que seguir con mi vida, pero no puedo, simplemente no puedo enamorarme de alguien más.
Estás tan dentro de mi, estás tan marcado en mi corazón, que la idea de tener a alguien más me parece estupida.
No me haces ningún favor al desaparecer, te necesito a mi lado, y aunque hagas tu trabajo, necesito tenerte cerca, verte la cara y sentirte.
Necesito que me ames y yo amarte a ti. Si es que estás escuchando esto, te digo que la única manera de yo estar bien complementamente y tranquila, es contigo.
Somos un complemento, te necesito a mi lado Max.

Abro mis ojos y todo sigue igual, al menos me quito un peso de encima. Cierro mis ojos nuevamente, ya que siento que voy a llorar.

Un sonido de árboles se hace presente y abro mis ojos.

— No soy tal cual como en tus sueños.
— ¿Dónde estás? —Miro a todos los lados posibles, pero no hay señal de él.—
— Tranquila, puedo verte, pero tú no a mi.
— Eres real. —Sonrío.—
— Lo soy.
— ¿Por qué me hiciste eso?
— Nuestro deber es hacerle saber a las chicas que existimos, pero solo a través de un sueño. El mío lo hice más largo de lo normal, pero en fin, lo hice.
— ¿Cómo es eso de que no eres como en mis sueños?
— En los sueños me hice más agradable.
— No eras mucha simpatía tampoco.
— Entonces imagina cómo soy en realidad.
— De todas formas, ¿me amas?
— Supongo.

Eso me hace sonreír y cierro mis ojos nuevamente.

— Por favor, necesito verte.
— No es una buena señal que haya aparecido, Maya.
— Lo sé, cosas extrañas están pasando.
— Así es.
— Pero igual debo decir que me siento culpablemente feliz.
— ¿Quieres verme?
— Si.
— Tienes la nariz roja por el frío.

Abro mis ojos y me sorprendo. No puedo explicar todas las sensaciones que siento en este momento. Felicidad, sorpresa, nerviosismo, son algunos.

Es Max, tal cual lo veía en mis sueños, solo que mucho mejor. Su cabello castaño desordenado y esos ojos de profundo color café. Está  vestido de negro, pero a él si le queda bien.

— Eres tan guapo. —Es lo único que se me ocurre decir.—
— Lo sé.

Sonrío y niego con mi cabeza.

— Veo que también te hiciste más humilde en los sueños.
— Definitivamente me hice mucho mejor en tus sueños.
— Ahora que te veo, no volverás a hacer como si no existes, ¿cierto?
— Supongo que no.
— Bien.

Lo miro y no sé qué hacer. Es como si no lo conociera.

— No te preguntes tantas cosas Maya, soy el mismo.
— Es que, es confuso.
— Sé que quieres besarme.
— Claro que no.
— Que mal, porque yo sí quiero.

Max se acerca a mi y yo estoy ansiosa. Sus manos toman mi cintura y su fuerza es tan potente, que provoca un leve dolor. Me deja acorralada contra un árbol y se acerca a mi rostro.

— Te diré unas cuantas cosas antes de comerte la boca, ¿bien?
— Ah, sí. —Digo confusa.—
— Primero, si somos intensos, te haría muchas cosas pero supongo que tenemos que ir lento. Segundo, si somos territoriales y el idiota de Daniel desaparecerá de tu vista así como cualquier chico que pose sus ojos en ti. Tercero, puedo cuidarte, podemos hablar con la mente y también puedo aparecerme en tus sueños. Cuarto, James si existe pero ahora está en otro país y sé que le contaras a Bella lo mío, pero solo a ella. Y quinto, sí te amo y sí daría mi vida por ti, eso jamás cambiaría.
— Sexto yo también te amo y no aguanto más.

Me acerco y lo beso.
Simplemente no daba más estando cerca de él y no besarlo.

Creo que hay dos sabores muy adictivos para mí. Primero, Max, segundo, la boca de Max.
Estaba tan feliz besándolo, que no podía pensar en nada más. Sus labios se movían sobre los míos con tal maestría que mostraba en sus sueños.
Haría esto toda mi vida.

Juntamos nuestras frentes y él toma mis manos.

— Ego viridi oculos tuos.
— ¿Qué es eso?
— Me encantan tus ojos verdes.

Sonrío y me sonrojo. Lo abrazo y al fin me siento feliz. Detesto que él me haga tan feliz, se supone que deberíamos ser felices por nosotras mismas, pero que puedo hacer, él me tiene totalmente enamorada.

— Maya, ahora más que nunca, no debes hacer cosas estupidas o salir al bosque cuando yo no esté. ¿De acuerdo?
— Bien.
— Esto no es broma, cosas horribles pasaran, lo presiento.
— Pero estaré contigo.
— Lo sé, pero hay gente que odia el amor. No les importará separarnos.
— Me portaré bien.
— Eso espero.
— Oye, dímelo.
— ¿Qué cosa?
— Lo que estoy pensando.
— Te amo.

Sonrío y poso mi oído en su corazón.

— Y yo te amo a ti.

Lo sabía, él es real. Él volvió.

#Maxya volvió 😍👫❤️

Keeper. (Buscándote) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora