16. Partir otra vez

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Siento la luz a través de mis ojos, me obligo a abrirlos y me encuentro con Max. Está de espaldas, con sus manos en los bolsillos de su pantalón, me hace sonreír, despertar y verlo a él, es definitivamente algo reconfortante.

Él se da vuelta y me sonríe aliviado.

— Al fin despiertas. —Toma una silla y se sienta a mi lado.—
— ¿Cuánto tiempo llevo asi?
— Unas tres horas.
— Oh...
— ¿No has perdido la memoria, cierto?
— No Max, desafortunadamente lo recuerdo todo.
— Bien...
— ¿Bien?
— ¿Qué harás Maya?
— ¿A qué te refieres? Es mi hermano, ok, y es un loco, ok, ¿qué quieres que haga?
— No contábamos con esta información antes Maya, y créeme que es importante.
— ¿Es por esto que soy algo, especial?
— Si, por eso tenías visiones con respecto a ellos, tú y tu hermano están conectados por la sangre, de seguro él no sabe que tú tienes visiones, esto es algo inevitable.
— ¿Y qué tengo que hacer? ¿En qué nos ayuda esto?
— Bueno, ahora tenemos de alguna forma una cierta conexión con ellos.
— ¿Quieres decir, que tenemos que ir donde ellos?
— No donde ellos, Maya, donde él.
— ¿Quieres que me junte con mi hermano?
— Nos puede ayudar mucho.
— Pero él de seguro me quiere muerta, Max.
— Claro que no.
— Pero es un Inanimatum.
— Y antes de eso es tu hermano, no te conoce, no han hablado, y sobre todo, él se entrenó para eso Maya, los que nacen Inanimatum son más peligrosos, él aún debe tener por algún rincón de su corazón algo de compasión.
— ¿De qué serviría que habláramos?
— Nos entregaría información, y él a ellos sobre ti, de que tú no eres una especie de reina, si no que está esa conexión gracias a su hermandad.
— ¿Y cómo lo encontraríamos?
— En tu mente, se puede.
— ¿Iras conmigo, cierto?
— Por supuesto que sí. Pero solo los dos.
— Sop debe estar de muerte.
— Está preocupada, pero lo entiende. A ambos les conté todo lo sucedido. Esto es algo secreto.
— Entiendo. —Miro la vía por donde ya no pasa suero.— ¿Me puedo ir de aquí?
— Claro amor.

Lo miro sorprendida, él muy pocas veces me dice "amor". Observo como me quita la conexión de mi suero con delicadeza. La luz del sol pega en su rostro, su perfil perfecto, los mechones oscuros caen por su frente, su mentón con la barba perfecta. Él era perfecto.

— ¿Qué me miras tanto? —Max me mira como si fuera una psicopata.—
— Lo guapo que eres, idiota.
— ¿Cómo que idiota?

Max me levanta de la cama y me toma las caderas con fuerza, pegándome a él.

— Cuidadito con portarse mal, señorita Sullivan.

Siento la mano de Max bajar por mi cadera con sensualidad y luego llegar a mi trasero. Con sorpresa siento como me llega su palma con fuerza.

— Auch.
— Eso te pasa por ser insolente.

Río levemente y Max toma mi rostro, sus ojos observan mi boca y luego sube a mis ojos.

— ¿Te sientes débil?
— No...
— Bien, porque ahora quiero quitarte bastante energía.

Max me carga sobre su hombro y me da otra palmada en el trasero.

Me despierto en medio de la noche, observo a mi lado y Max está mirándome. La sabana solo cubre sus partes íntimas. Mi calor sube otra vez, dios lo haría otra vez.

— ¿No puedes dormir? —Pregunta.—
— No, no sé porque me desperté ahora.
— ¿Quieres que te haga dormir?
— No, prefiero estar así.
— Ven.

Ubico mi cabeza en su pecho y mis manos en su abdomen. Su olor embriagador me vuelve loca.

— Maya.
— ¿Si?
— Te gustaría... ¿Qué yo fuera más romántico?
— ¿Qué? —Me extraño.— Tu eres bastante romántico para mí.
— Es que, cuando te dije amor, note bastante sorpresa en ti.
— Eso es porque no lo dices a menudo, pero por lo mismo le da más valor.
— Bien.
— Me gustas Max, así completo, gruñón y romántico.
— Me alegra escuchar eso señorita. —Max besa mi frente.—
— ¿Cuándo iremos en busca de mi hermano?
— No hay mucho tiempo que perder, mañana partiremos.
— Bien, ¿cuánto crees que dure todo esto?
— Ni idea.
— Solo me alegra el hecho de que estaré contigo.
— Eres una romántica Maya. —Dice burlón.—
— Cállate. —Digo con una sonrisa.—
— Cállame. —Dice él, al mismo tiempo que me sitúa sobre él.—

Lo beso mientras siento otra vez sus manos sobre todo mi cuerpo. Mi cuerpo se enciende al instante, remuevo la única capa de tela que nos separa. Su boca baja de mi cuello hasta mis pechos, los toma con sus manos y sin dejar de mirarme, baja con su boca hasta mi abdomen. Gimo por el placer que me entrega sus caricias en mi cuerpo, sobre todo su boca. Los labios de Max van hacia mi oreja con cautela.

— Quiero estar en ti, otra vez.

Gimo y me uno con él, otra vez. Sus manos van a mis caderas y entierra sus dedos en ella. Nos movemos conectados, sin dejar de mirarnos.
La manera como se mueve, es muy lejos de ser tierna, pero eso me gusta. Es fuerte, decidido y algo bruto, haciéndome enloquecer.
De a poco siento que mi cuerpo no da más, gimo su nombre reiteradas veces. Max sin dejar de mirarme junta su frente con la mía.

— Continúa, amor...

Y continuamos hasta que amanece.

Despedirme de Sop siempre era algo difícil. Sus brazos me rodeaban con fuerza y sentía sus sollozos en mi hombro.

— Volveré Sop.
— ¿Y si no?
— Confía en nosotros.
— Lo hago. —Dice limpiando sus lágrimas.—
— Bien.

Nos damos un último abrazo y luego me despido de Mat. Escucho como Max le dice algunas palabras a Sop. Max toma mi mano y nos dirigimos fuera del fuerte.

— Bien, ¿donde nos dirigimos?
— Creo que eso deberías decírmelo tu, Maya.
— Oh, bien, ¿cómo lo hago?
— Siéntate.

Max me acomoda en el césped y nos sentamos. Toma mis manos y me acaricia.

— Bien, cierra los ojos y concéntrate.
— Bien...
— Ahora recuerda la imagen de tu hermano, y luego, todo se dará...

Me imagino a mi hermano, sus rasgos, es muy parecido a papá. Recuerdo el sueño cuando lo encontré en el bosque, y de un momento a otro, aparece otra imagen en mi mente.

Está todo nevado, a lo lejos se ve una pequeña cabaña, tiene un aspecto abandonado. Voy hacia la cabaña y ahí dentro está él, es mi hermano. Está encerrado y parece algo inquieto, mira hacia todos los lados y trata de abrir la puerta, no puede. Siento su frustración y al mismo tiempo, tristeza. ¿Por qué está ahí solo? ¿Qué es lo que pasó?

— Maya.

Abro mis ojos y me encuentro a Max nuevamente frente a mi.

— ¿Dónde está tu hermano Maya?
— Solo pude ver un lugar muy nevado, extremadamente blanco, a lo lejos se encontraba una cabaña abandonada y él estaba dentro, pero estaba encerrado, Max.
— ¿Qué?
— Si, él no podía abrir la puerta, y eso que parecía una puerta a punto de caerse.
— De seguro está cerrada con magia. Él debe estar debilitado.
— Si...Podía sentir su frustración y tristeza.
— Es porque se está debilitando Maya.
— Pero, ¿Por qué lo tienen encerrado?
— De seguro ya lo saben, deben saber que el tiene una conexión contigo.
— Pero... ¿Cómo es posible?
— Así como tú tienes una conexión con el, él contigo, es algo inevitable. Solo que él debe de ocultarlo, porque los Inanimatum puede leer la mente de sus iguales.
— Que horrible.
— Lo es.
— Pero, de todas formas tenemos que ir a buscarlo, ¿cierto?
— Si, Maya. De hecho creen que él se puede debilitar, pero así nos hacen un favor a nosotros el que él esté solo y abandonado.
— Entonces, con la descripción que te di, ¿es suficiente? ¿Sabes dónde está?
— Por supuesto que sí. Los Inanimatum no son muy inteligentes, siempre ocupan las mismas ubicaciones para todo.
— Bien, ¿Cómo crees que se tomará esto de conocerme?
— Solo ustedes pueden saberlo.
— Max.
— Dime.
— El hecho de que ellos sepan todo esto, ¿significa que podrán aparecer en el camino?
— Es lo más seguro, Maya. Pero si estás conmigo, nada podrá pasarte. Aparte, tú también sabes defenderte, y muy bien.
— Ahora sabré defenderme mejor, me siento más segura a tu lado.
— Lo sé, amor. —Max me sonríe y yo lo abrazo.—
— Te amo Max.
— Y yo te amo a ti.
— Mi keeper. —Digo con una sonrisa.—
— Mi chica. —Siento su sonrisa.—
— Siento que será un viaje largo.
— Lo será, pero estaremos juntos.

Así me emprendo en un nuevo viaje, pero ahora, junto a él.

Keeper. (Buscándote) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora