15. Regresión

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Llegamos a lo que parece ser un tipo de fortaleza, Max me dijo que habrían muchos más como él. Sop toma mi mano al momento de entrar a un salón donde habían al menos diez chicas de nuestra edad. Max y Mat estaban en otro lado advirtiendo si paradero actual.

— Me siento extraña aquí. —Dice Sop susurrándome al oído.—
— Y yo, ¿crees que estaremos a salvo aquí?
— No lo sé, pero si aquí hay muchos keeper, supongo que no puede ser tan peligroso como los otros lugares.
— Tengo miedo Sop.
— ¿Por cuál de todas las razones que podríamos tener miedo?
— Por mi.
— ¿Por qué? ¿qué pasa? —Sop acaricia mi mano y nos sentamos en un sofá.—
— Siento... Siento que a veces no tengo el control de mis pensamientos, de mis visiones. Solo aparecen, sin que yo lo quiera, ni siquiera sé si soy una chica normal.
— Créeme que nadie es normal aquí. —Sop mira a su alrededor.— Solo estoy segura de una cosa.
— ¿Qué cosa?
— No, no eres normal, porque eres extraordinaria, sé que saldremos bien de todo esto Maya, y lo creo así porque creo en ti.
— Gracias por tanto.

La abrazo y me permito soltar unas lagrimas, últimamente he tenido la idea en mente de que me tengo que mantener fuerte, pero eso es tan agotador como tener una sonrisa en la cara cuando estas muriéndote por dentro.

Max aparece en el salón y mi rostro se dirige a sus ojos, es como si estuviéramos conectados. Su sonrisa me calma y borra todo tipo de tristeza que pude haber tenido recientemente.

— ¿Estás bien, cariño? —Besa mi mano.—
— Ahora que estás aquí, si.
— Ven, te llevaré a tu habitación.
— ¿Mi habitación? ¿Qué tal tú?
— Nuestra habitación, tranquila, estaré contigo.

Veo de reojo como Mat se acerca a Sop. Ambos sonríen como idiotas enamorados, ¿así me veré yo?

Todo este tipo de fortaleza parece más bien un castillo. Estoy más que segura que sola me perdería en un dos por tres.

— Tenemos que hablar algo importante. —Dice Max al entrar a la habitación.—
— Dime. —Me siento en la cama y Max se pone a mi altura.—
— Tendrán que realizarte algunos exámenes.
— ¿Exámenes? ¿Qué tipo de exámenes?
— Algunos de sangre, y bueno otros de tu cerebro, también te harán un tipo de regresión.
— ¿Qué? ¿Por qué?
— A todos nos da mucha curiosidad tus actitudes, Maya.
— ¿Cuáles? ¿Mis visiones?
— Si, por eso debemos chequearte.
— Pero me dijiste que esto es normal, algunas chicas tenemos nuestros sentidos más desarrollados. —Me asusto.—
— Lo sé cariño, no te asustes, pero de todas formas debemos verlo, de hace mucho tiempo que no hay chicas como tú, no al menos en estas generaciones, debemos saber por qué.
— Esta bien, ¿cuando me harán esas pruebas?
— Mañana por la mañana, tranquila, estaré contigo.
— ¿Qué es lo peor que puede pasar?
— Lo peor que puede pasar no tiene nada que ver con el resultado de esas pruebas Maya.
— ¿Estás seguro?
— Lo peor que puede pasar, es perderte, y eso no pasará.

Doy un suspiro y lo abrazo.

— Contaré hasta diez, entraras en un estado en el cual me podrás responder, pero no estarás en este mundo, ¿de acuerdo?
— Bien.

Estoy en una camilla, una chica amable con una bata blanca me está dando las instrucciones, ¿qué tipo de ser humano será ella? Ni idea. Pero parece ser normal.
Max está al frente, me guiña el ojo dándome tranquilidad.

— Bien, empecemos. 1...2...3...

Raramente me estoy quedando dormida, nunca nadie me había hecho dormir con solo contar, definitivamente no es una chica normal.

De pronto, todo se vuelve negro.

— ¿Escuchas mi voz?
— Si.

Me encuentro en una habitación a oscuras, escucho su voz como si saliera de las paredes.

Keeper. (Buscándote) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora