Luego de tal sueño, Oliver se empezaba a preguntar ¿Cómo hizo que su gloriosa mente soñará algo tan oscuro? Claro, eso se preguntó apenas su sueño terminó, pero con el pasar de los días y semanas, notando que ese sueño no volvía a reaparecer, dejó de darle importancia a ese sueño, mas que sueño, yo le diría pesadilla, la pesadilla de Oliver.
Oliver tomó su skate y salió de su hogar sin avisar antes, lo cual traerá un problema futuro. Era una de sus miles de formas para despejar su mente.
Mientras recorría su pequeña ciudad, se encuentra con un par de jóvenes malechones, gente de mal carácter. Tres jóvenes vestidos como pandilleros, eran un poco ridículos desde mi perspectiva, pero la perspectiva de Oliver que tenía sobre ellos, era diversión, él quería cruzarse con esos chicos.
-Oye chico bonito, dame tu asquerosa patineta- Uno de esos jóvenes se le acerca para quitarle la patineta. Esto sería un show para el querido Oliver, en el cual, él será el protagonista.
Cuando el joven se le acerca, él golpea su rostro con los tracks del skate, el pobre del pandillero cae al suelo sangrando, los otros dos sacan pecho y muestran su dureza, haciéndole frente a Oliver. Los dos sacan una navaja, Oliver está en desventaja pero eso no le causa miedo alguno. Golpea el brazo para que la navaja del pandillero caiga al suelo, y posteriormente; lanza la tabla hacia el rostro del otro matón. Aprovecha su tiempo y toma la navaja para luego, apuñalar a uno de esos matones... Oliver reía de felicidad, se sentía muy eufórico, Oliver siempre tuvo la fama de ser un magnánimo, pero aquí demostró ser todo lo contrario. El joven Oliver nota que una caja de cigarros cae del bolsillo de uno de éstos, al instante, recordó lo que le dijo esa entidad extraña. Sin dudar, tomó la caja de cigarros y salió corriendo con su skate del lugar de confort.
Llegó a su hogar con su playera llena de sangre, sin darse cuenta de ese detalle, mal jugado Oliver.
El padre se encontraba sentado en su sillón esperando a que Oliver llegará a casa y cuando lo vio, cubierto de sangre y con los nudillos lastimados, se enojó de tal manera que empezó a golpearlo, lo golpeó y lo golpeó hasta dejarlo inmóvil. Pobre Oliver... su cara era la que estaba cubierta de sangre ahora, jajaja, que irónico.Oliver, sin pensarlo dos veces, decidió ir a su cuarto y encerrarse, esa golpiza que le regaló su padre fue muy devastadora para nuestro querido protagonista. Él no lo pensó dos veces, sólo lo hizo, sacó la caja de cigarros y encendió su cigarrillo robado, queriendo sacar esa duda que le trajo ese sueño inesperado, a la primera pitada, el joven empezó a toser y luego, le encontró lo placentero. Se empezó a calmar, y olvidó de repente su dolor en el rostro. se dejó llevar por el sabor que le proponía el cigarro. Una vez que logró terminar por completo la caja de cigarros entera, se echó en el suelo a echarse una buena y tranquilizante siesta. Está vez, volvió a despertar sin tener ninguna pesadilla o sueño misterioso, se levantó del suelo y no sentía ningun dolor a pesar de esa paliza que le dio el padre, tocó su rostro y no sintió dolor ni tampoco alguna cicatriz marcada. Corrió hacia el espejo del baño y notó que nada había en su cara, era como si nunca hubiera pasado nada, recordemos que el joven nunca cambió su camiseta, y cuando se vio al espejo; se dio cuenta que su playera no estaba manchada, ni siquiera era la ropa que llevaba anteriormente. Oliver se sentía indignado y lleno de preguntas, recorrió cada pasillo de su hogar pero nadie se encontraba en casa hoy, hasta que... *toc toc* se escuchó, tocaron su puerta, Oliver fue a atender lo más rápido posible, abré la puerta sin ni siquiera preguntar ni ver quien tocaba su puerta. Abrió y presenció a la entidad que vio en sus sueños, con su sonrisa y esos ojos que parecian luces flotantes. Oliver se tira al suelo asustado, ver como sus pupilas se dilataban, como su adrenalina subía, como su miedo se esparcía por todo su cuerpo y mente, era algo dramático.
-Bienvenido Oliver. Bienvenido al laberinto-
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El Laberinto Mental
Mystery / ThrillerEl joven Oliver Ray, un querido adolescente con traumas psicológicos. 17 años era su edad, pelo largo y su color era más oscuro que una propia sombra, unos preciosos ojos azules, una altura promedia y el físico de un galán. Esta historia sin fin...