Capítulo VI

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Después de unos 5 minutos en la ducha, escuché cerrarse la puerta de la cabaña, salí envuelta en una toalla y vi a Madd entrar a la cabaña.

-¿Y qué tal tu nuevo amigo Madd?- dice Mago mostrando algo de interés por Madd

-Bien, diría muy bien- el rostro de Madd cambió en segundos y había una sonrisa enorme en él

-Yo igual diría que muy bien, aunque no es tan común que beses a un completo desconocido- dije alterada

-Ya Allison, no exageres, no es para tanto- me dijo Madd tratando de tranquilizarme

-Es muy tu vida Maddison, haz con ella lo que quieras. Pero no vengas conmigo a quejarte cuando ese tipo te rompa el corazón, no seré yo quien te consuele como aquella vez- vi como los ojos de Maddison se cristalizaban, y en cuestión de segundos lágrimas caían sobre sus mejillas. Me sentía la peor amiga, la peor persona, no pude sostenerle la mirada, tomé mi ropa y entré al baño. Me vestí y cepillé mis dientes, no me sentía nada bien por todo lo que le había dicho a Madd, así que salí del baño, las miré y me dirigí hacia la puerta de la cabaña y salí de ella.
Estuve caminando un rato por la orilla de la playa, viendo el mar, en ese momento me vino a la mente recuerdos de mi mamá, la echaba tanto de menos, me ha hecho falta, igual mi papá, quisiera estar con ellos de nuevo, abrazarlos por última vez y decirles que los amo. Me senté sobre la arena, con mis piernas pegadas a mi pecho y miraba hacia el mar. Sentí que alguien se sentaba a mi lado, no presté atención, estaba hundida en mis pensamientos, escuché esa voz, que por alguna extraña razón hacía que mi cuerpo comenzara a temblar, me hacía sentir de una manera que no comprendía. Lo miré, y mis ojos chocaron con esos ojos azules, su mirada era cálida, tierna.

-¿pasa algo?- preguntó con una voz tierna, nada que ver con el tono arrogante que tenía cuando nos conocimos

-Nada de que preocuparse- dije distante y fría

-Comprendo que no quieras contarme, mucho menos después de como te traté- se pasó la mano por su cabello y bajó la mirada

-Te pido una disculpa por mi comportamiento, créeme que no soy así de arrogante, pero...- noté nerviosismo en él -Eres muy linda Allison, y desde que te vi me llamaste la atención. Y más ese carácter que tienes, créeme no cualquiera- lo dijo en tono burlón y logró sacarme una sonrisa.

-Gracias, lo del carácter creo que lo heredé de mi madre- digo con una mueca en mi rostro

-Entonces creo que algún día debo conocer a tu madre- dice con una sonrisa

-No creo que sea posible- dije con la voz entre cortada

-Lo siento Allison, no quería....no...sabía...lo siento- dice apenado

-No te preocupes por eso- lo miré a los ojos -Tus ojos me son familiares- dije segura

-Vaya, no creo- dice algo nervioso -¿te apetece caminar un poco? -dice extendiendo su mano

-Claro- tomo su mano, y noto que está demasiado fría para estar en un lugar tan cálido como este

-¿Por qué tus manos están tan frías?-

-Creo que así soy-

-Eres extraño- le dije con una sonrisa
Caminamos por toda la playa, me contó un poco de él, el joven atractivo que estaba con él es su mejor amigo, casi hermano, se llama Peter, son amigos de la infancia,y vaya creo que este chico me inspira confianza.

-¿Qué me cuentas de ti Allison?- dice él sentándose en una roca junto al mar

-En realidad no soy una chica tan interesante. Tengo una hermana menor, tiene seis años para ser extacta, mi tía Anne ella es la familiar que me queda. Fui engañada por mi novio no hace mucho y vaya, después de 2 años. Supongo que eso ya no importa- dije haciendo un ademán con la mano restándole importancia al asunto.

-Que estúpido- dice Dylan mirándome

-¿Por?-

-Quién podría engañar a alguien tan hermosa como tú- pasó sus dedos por mi mejilla. Pude sentir como éstas ardían

-Creo que es mejor regresar- le digo apenada y nerviosa

-Claro, si eso quieres- dice levantándose de la roca y bajando a la arena dónde el mar podía alcanzar a rozar sus pies. Hice lo mismo, pero no pude afirmar correctamente mi pie e iba a caer. Pude sentir los brazos de Dylan rodeando mi cintura evitando que cayera, nos miramos a los ojos y era inevitable no sentir algo. Juraría que esos ojos ya los había visto. Comenzó a acercarse poco a poco a mis labios, sentía que mis labios temblaban al igual que mi cuerpo. Sentí sus en los míos, sus labios son la cosa más suave y dulce que jamás haya probado, era como si estuviera esperando por ese beso. No tardé en corresponderle el beso. Fue un beso tan tierno.

-Lo siento, yo..no..disculpa- vi que se sonrojaba al igual que yo

-No te preocupes, creo que me voy a mi cabaña- dije tratando de disimular mis nervios y tomando la situación tan normal

-Yo te acompaño- me dijo él tomándome de la mano
No dije nada más, y el camino a la cabaña fue en completo silencio sólo se escuchaban las olas del mar. Estábamos enfrente de mi cabaña, y no tenía una idea de que decir o hacer. Sólo podía sentir que su compañía me era agradable.

-Bueno, creo que debo entrar- dije rompiendo el silencio que nos invadía

-Si claro- dijo él. Estaba a punto de abrir la puerta y tomó mi brazo

-¿Nos vemos mañana?- dice con algo de nervios

-Si eso creo, buenas noches-

-Buenas noches- se acercó a mí y me dio un beso fugaz en los labios. Lo miré y lo único que quería era besarlo, no sabía porque ese chico me hacía sentir de esa manera.

Dark SecretsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora