El nerd. (Larry) (Larcel)

Capítulo XV

¡Harry se queda a dormir!

El rizado recogió sus cosas y bajó al comedor a esperar a Louis. Hacía unos minutos que Pablo y Lorena habían ido a discutir algo en privado, pero le habían dicho que les avisara en cuanto llegara su amigo; querían conocerlo.

El chico, que estaba sentado en el sofá con su bolsa a un lado de él, no podía evitar sentirse nervioso. ¿Y si la familia de Louis creía que era una molestia? Lo último que quería era molestar, pero parecía que lo único que hacía era ser ayudado por Louis. Y es que el de ojos azules desde el principio lo había apoyado y animado, incluso le había dicho que tenía que luchar y defenderse. Le había hecho sentir como si no se mereciera que le hicieran daño. Y por eso le caía bien Louis. Todo lo que pensaba sobre él, todos los años de admirar su forma de actuar, se habían ensanchado al conocerle y probar por sí mismo el buen corazón del castaño. De verdad lo admiraba.

Aunque se sentía mal de ser el único que siempre era ayudado. No quería ser como un lastre indefenso que nunca podía hacer nada. Y aunque había ayudado a Louis una vez con sus deberes de matemáticas, eso no era nada comparado con lo que el castaño había hecho por él. Sentía que necesitaba compensarlo. Hacer algo por él para no sentirse como un inútil al que siempre tienen que ayudar.

Pero no sabía cómo hacerlo. Así que había decidido que se esforzaría todo lo posible mientras se quedara a dormir con él, para ayudarlo en lo que fuera.

¿Y si no le caía bien a la familia de Louis? Él y su hermana lo habían tratado muy bien, pero no sabía cómo era el resto de su familia. ¿Y si les desagradaba que un chico indefenso, tímido y feo como él fuera amigo de Louis? ¿Y si les molestaba que el castaño siempre cuidara de él?

Los "y si" ya habían vuelto a aflorar en su pecho y solo quería que Louis le dijera que todo estaría bien, aunque significara volver a ser ayudado por él.

El timbre lo sacó de sus pensamientos y tras llamar a la pareja que discutía en el piso de arriba, se dispuso a abrir la puerta. En cuanto la abrió y vio al chico de ojos azules con una radiante sonrisa, sus nervios se fueron y supo que con una palabra suya sus miedos tampoco tardarían en desaparecer.

-Hola, Harry ¿Ya estás? -el castaño estaba sonriente. Feliz porque su amigo se fuera a quedar a dormir con él. Y emocionado porque ese amigo fuese Harry.

-Ah, sí...-el rizado se puso nervioso y se preguntó si tenía que decirle que Lorena y Pablo querían conocerle. Retrocedió dudoso y se sentó en el sofá haciendo como si buscara algo en su bolsa. Esperando que esos dos bajaran pronto.

Louis lo miró confundido, pero entró a la casa.

Al poco tiempo y para alivio del chico de gafas, la pareja bajó al comedor. Al ver a Louis desde las escaleras puede que, pese a todo, tuvieran un poco de mala imagen del chico. Pues con su apariencia un poco desgarbada y con tatuajes, pensaron que no sería la mejor influencia para Harry. Pero al ver la mirada cálida con la que el chico miraba a su niño, aceptaron que Louis sería una buena persona, pese a su apariencia.

-Soy Lorena, la madre de Harry. –se presentó la mujer en cuanto llegó a la altura de los chicos. –Este es mi novio, Pablo.

El de ojos azules sonrió haciendo gala de sus modales, que casi nunca eran usados, pero en ese momento merecían ser sacados a la luz.

-Soy, Louis. Un amigo de Harry. Me alegra mucho que se quede a dormir, seguro que nos lo pasaremos muy bien.

Lorena sonrió divertida. El muchacho caía bien. Harry tenía suerte de tenerlo a su lado. –Siento que esto sea tan repentino, pero mi pareja y yo tenemos que encargarnos de algo importante aquí. Espero que no sea una molestia, y dile a tus padres que, si en el futuro necesitan cualquier cosa, solo tienen que pedirlo.