Capítulo XX

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Hermanastro.

Harry se sentía tan feliz y aliviado, en su corazón solo había tranquilidad y felicidad. Había echado tanto de menos a su madre biológica. No le importaba si ella no le había llamado o si ella se había ido al extranjero. Lo importante es que estaba ahí, junto a él, que le quería y que le había pedido que volvieran a estar juntos.

La madre se separó con una sonrisa de su hijo. - ¡Mira cuánto has crecido, ya eres más alto que yo! Eres precioso, Harry. Te has vuelto muy guapo. Y no te lo digo solo porque sea tu madre.

El rizado solo sonreía con las mejillas rojas y sin poder creérselo.

-Me alegro de que todo haya salido bien. Me gustaría quedarme, pero tengo que irme con Lorena. Ha sido un placer conocerte Mar. A ver si a la próxima me quedo un poco más para que podamos hablar.

-Me encantaría.

-Por la tarde volveré a dejar tus cosas, Harry.

Pablo abrazó al rizado, le dio dos besos a Mar, otros dos a Cole y se marchó. Con el alivio de saber que todo había salido bien. Mar era una buena mujer y se notaba que se alegraba de tener a Harry de nuevo en su vida.

-Harry, él es Cole. Es tu nuevo hermano. Tiene tu misma edad, espero que puedas ser su amigo. Nos acabamos de mudar y aún no ha hecho muchos amigos.

Cole tenía el pelo castaño. Lo tenía largo, no llegaba ni a los hombros, pero como no lo tenía recortado y levantado como todos, se podía decir que tenía el pelo largo. Tenía los ojos almendrados y de color negro. Era muy pálido, podías decir que era de los que se quemaba en seguida en verano. Y transmitía un sentimiento de simpatía por los rasgos amables que tenía. Su sonrisa también transmitía confianza.

-Me encantaría ser tu amigo, Harry. La verdad es que me cuesta mucho hacer amigos y tú me has caído bien. -Sonrió abiertamente. Haciendo que los nervios de Harry desaparecieran y que sonriera también.

-A mí también me encantaría ser tu amigo.

-Bien, ya son las siete pasadas. ¿Habéis desayunado? -ambos respondieron que sí. -Pues voy a vestirme, en cuarenta minutos nos vamos. Harry, Pablo me ha dicho que has pasado la noche en casa de un amigo. ¿Te ha dado tiempo a ducharte? ¿Y a cambiarte?

El aludido suspiró y se recordó que no tenía porqué sentirse nervioso. Aquí solo había buena gente que se preocupaba por él.

-La verdad es que no, pero no tengo ropa para cambiarme, pensaba ponerme la ropa de ayer y volver a casa, esto ha sido un poco imprevisto y no lo tenía planeado.

-Puedo prestarte algo de ropa, si quieres. -se ofreció el de ojos color negro, otra vez con la misma sonrisa que te decía que todo estaba bien.

-Sí, gracias.

Cole le guió hasta su habitación y mientras buscaba la ropa para prestarle se pusieron a hablar. Más bien era como si Cole hablara todo el rato y Harry a veces soltara alguna información. El castaño liso era de esa gente que, si conocía a alguien que le caía bien, se soltaba y no paraba de hablar ni debajo del agua. Aunque a Harry le parecía graciosa la forma animada en que se movía.

-Sabes, ¿Harry? Creo que nos llevaremos bien. Sí, pareces un buen tío, ¿Sabes? Y yo casi nunca me equivoco. -le lanzó un suéter negro de manga corta que aterrizó en la cabeza del más alto mientras reía. - ¿Por qué? Porque soy genial. -afirmó riendo un poco con una sonrisa segura y convencida. La afirmación solo hizo reír al chico de gafas. -Lo sé no lo parece, pero créeme, lo soy.

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⏰ Última actualización: Sep 25, 2017 ⏰

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El nerd. (Larry) (Larcel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora