Capítulo 7: "Sueños rotos"

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El día en que Milk recibiría su primera quimioterapia había llegado. La jovencita bajo a pasa lento de su habitación para ir con su padre al hospital. Padre e hija salieron juntos de su casa, para tomar el taxi que las llevaría al hospital, cuando se encontraron con su amiga Bulma que había ido a verla.

¡Buenos días señor Ox¡ ¡hola Milk¡ ¿Vas de salida?, dijo la peli azul, al ver a Milk y su padre con algunas bolsas en la mano.

¡Buenos días Bulma¡ dijo el padre de la pelinegra dejando un momento a su hija con su amiga mientras iba por un taxi.

Si, saldré con mi padre, decía una pálida pelinegra que había adelgazado mucho en los últimos días.

¿A dónde van?, has adelgazado mucho y estas muy pálida Milk, dijo la peli azul.

Tengo consulta con el médico, dijo la pelinegra.

¡Ah, bueno¡ entonces vuelvo más tarde dijo la peli azul.

Está bien, dijo la pelinegra despidiéndose de su amiga.

La pelinegra subió con su padre al taxi y fueron hacia el hospital.

1 hora después:

La pelinegra se encontraba recostada en una cama con una bata blanca mientras recibía su primera quimioterapia.

Mientras el medicamento ingresaba a su torrente sanguíneo la pelinegra recordaba su infancia en su pueblo Fri-pan, como gano su primer campeonato, cuando se mudo a la capital con su padre, como conoció a Gokú y se hicieron grandes amigos, como se fue enamorando de él, mientras unas lágrimas rodaban por sus blancas mejillas.

Horas después:

La pelinegra salió de la habitación y volvió junto a su padre a su casa, la pobre estaba muy adolorida pero trataba de ocultar su dolor para no preocupar más a su padre que bastante había sufrido ya siendo padre y madre para ella desde que nació, ya que su madre murió al poco tiempo de su nacimiento.

¡Te ayudo hija¡ decía el padre de la pelinegra.

No papá yo puedo sola llegar a la habitación. Papá si Bulma llega dile que salí, no tengo ganas de hablar con nadie, dijo la jovencita.

Está bien mi niña, dijo su padre.

Minutos después:

La pelinegra estaba en su habitación sentada en su cama, mirando su álbum de fotos mientras unas lágrimas rodaban por sus mejillas.

Tantos sueños, que ahora ya no podrán cumplirse solo serán sueños rotos, decía la pelinegra observando sus fotos de una pequeña Milk siendo condecorada como ganadora del campeonato infantil de artes marciales de su pueblo.

Al día siguiente:

Un par de lindas jovencitas se encontraban hablando en plena calle de su amiga pelinegra.

La vi muy mal Dieciocho, no creo que sea solo anemia lo que tiene, ayer volví en la tarde a su casa y su padre me dijo que salió, yo creo que Milk nos está ocultando algo, dijo Bulma.

Si yo pienso igual, el día que fui con Krilin a verla estaba con los ojos hinchados como si hubiese llorado todo el día y no creo que por tener anemia este así, primero pensé que era por pena perderse el campeonato pero como bien dice Krilin ya abran otras oportunidades para ella, por eso llegue a la conclusión de que Milk nos esconde algo, dijo la rubia.

Entonces vamos con ella, somos sus amigas y tenemos que estar con ella así no quiera decirnos que le sucede dijo la peli azul.

Si tienes razón vamos, dijo la rubia.

Minutos después: "Casa Ox"

El padre de la pelinegra había salido a su trabajo, la pelinegra estaba sola en su casa mirando televisión para distraerse, cuando escucho el timbre sonar. La jovencita fue a paso lento a abrir la puerta encontrándose con sus dos amigas.

¡Bulma, Dieciocho¡ dijo sorprendida la pelinegra.

¿Podemos pasar Milk?, dijo la peli azul.

Si, dijo con tristeza la jovencita pelinegra. Tomen asiento, dijo la joven cerrando la puerta.

¿Cómo te fue con él médico?, dijo la peli azul.

Bien, dijo la pelinegra.

¿Te volvieron a tomar muestras de sangre?, dijo la rubia viendo la zona de punción del brazo de la pelinegra.

Si, dijo la pelinegra entristecida.

¿Milk dinos la verdad?, somos tus amigas y queremos ayudarte, dijo la peli azul.

Si Milk ¿qué es lo que tienes en verdad?, dijo la rubia.

Si se los digo prometen que no lo comentaran con nadie, dijo la pelinegra no aguantando más su dolor.

Te lo prometemos, dijo la rubia y peli azul.

Tengo cáncer, tengo Leucemia, dijo la pelinegra dejando impactadas a sus amigas que luego de unos minutos reaccionaron abrazándola fuertemente mientras la pelinegra sollozaba.

Luego de unos minutos Milk les comento a sus amigas desde cuando sabía de su enfermedad y que recién había recibido su primer tratamiento, también les hizo prometer que no lo comentarían con nadie.

Está bien Milk no lo comentaremos con nadie, pero créeme que en algún momento lo van a saber, dijo la rubia.

Si tal vez, pero por ahora prefiero que no lo sepan, dijo la pelinegra. Chicas mis sueños se vinieron abajo, ahora solo son sueños rotos, ya nunca volveré a luchar, decía la pelinegra con tristeza.

No digas eso Milk, vas a ganarle a la enfermedad y vas a vivir, muchos años, vas a volver a participar en campeonatos y los ganaras, decía la rubia conteniendo las lágrimas.

Si Milk, serás la mejor luchadora femenina del mundo, además te casarás con tu príncipe y tendrán hijos muy bellos como ustedes, dijo la peli azul abrazándola.

No Bulma, ahora tengo que olvidarme de Gokú, no quiero que sufra por mi culpa, el no puede saber lo que me pasa, dijo la pelinegra.

Milk, no lo alejes de ti, el te quiere mucho, sería un gran apoyo para ti, dijo la peli azul.

Si tal vez, pero no quiero que se desconcentre por mi culpa, el tiene que ganar el campeonato, dijo la pelinegra sollozando mientras sus amigas la abrazaban.

Los días pasaban y cada día Milk se debilitaba mas, cada 3 días se comunicaba con Gokú pero ella cada vez que hablaba con él fingía estar contenta a pesar de lo mal que se sentía. Milk ya había recibido su segunda quimioterapia de las 12 que le habían programado, 3 por mes. Ya solo faltaba una semana para el regreso de Gokú, la pelinegra había empezado a ver con tristeza como su larga cabellera iba cayendo de a pocos. Bulma y Dieciocho fiel a su promesa no habían comentado nada de la enfermedad de Milk a nadie. Los chicos del gimnasio en dos ocasiones fueron a verla pero supuestamente nunca la encontraron en su casa, solo el maestro la había visto y le había dado todo su apoyo.

La pelinegra se encontraba en su habitación, cortándose ella misma lo poco que quedaba de su cabello frente a un espejo, mientras pensaba con tristeza: todo se termino, mis sueños se acabaron. Luego la jovencita se coloco en su cabeza una pañoleta y sobre ella una gorra y se acostó en su cama a ver con nostalgia su viejo álbum de fotos.



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