13. Plan A.

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Tarareo la canción que suena en los altavoces mientras aplico delineador escarchado en mis ojos

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Tarareo la canción que suena en los altavoces mientras aplico delineador escarchado en mis ojos.

Después de lo que sucedió en la empresa salí de allí hecha una furia. Estaba tan llena de ira y ni sabía porque, simplemente sentía que quería seguir golpeando cosas hasta nunca detenerme y, para colmo de males, cuando llegue a mi casa conseguí otra nota en mi puerta con su firma en ella.

Y no la leí, simplemente la tome, la lleve a mi cocina, encendí la estufa y dejé que se quemara. Lo que queda de día solamente quiero disfrutarlo, no quiero pensar en nada que seguirá existiendo aun después que yo tenga una buena noche.

Al terminar me sonrío al espejo, paso mis manos por mi cabello y aplico labial rosa en mis labios.

A pesar de que he estado esperando este día desde hace mucho y que quiero impresionar, no me maquillé demasiado. Y el hecho de que no lo haya hecho no significa que no me vea más hermosa de lo común hoy.

Llevo un jean color blanco ajustado tiro alto, un top de color azul eléctrico y unos tacones altos de color negro, dándole un toque elegante a mi vestimenta.

Y aunque mi cabello rubio se ve hermoso cayendo en ondas por mi espalda, sé que si quiero pasar una linda noche sin ningún tipo de inconveniente, debo colocarme algo que me haga pasar desapercibida para los demás, por lo que busco en mi armario una de mis tantas pelucas de cabello natural y cubro mi cabello con una de ellas.

Es de color negro, me llega un poco más debajo de mis hombros y tiene un flequillo algo incómodo. Definitivamente no es de mi estilo, pero no me quejo, el tono negro no me queda mal con mi tono de piel.

Trato de relajarme dejando salir un suspiro con mis ojos cerrados y al abrirlos escucho el timbre de mi teléfono en aviso a una llamada entrante.

Con mi ceño fruncido lo tomo y, puesto que estoy reacia a que dañen mi noche, cuelgo la llamada ya que es un número que no tengo agregado y sigo viéndome en el espejo.

Creo que hacen falta unos lentes de colores, porque aunque la peluca hace un buen trabajo, este rostro sigue siendo el mismo y no, no quiero que me arruinen mi noche.

Busco encima de mi peinadora las cajas de lentillas y al conseguirlas me coloco unos lentes de color verdes. Al estar lista me sonrío al espejo y me empiezo a relajar.

Debo hacer que esta noche funcione de la mejor manera posible para obtener lo que quiero.

Mi teléfono vibra esta vez anunciando un mensaje, y bufando lo abro, dándome cuenta de que es Erick.

"Sé que dije que no te ayudaría, pero creo que tengo algo que querrás saber.

Soy Erick."

Con mi ceño fruncido y algo curiosa por saber qué descubrió, lo llamo y al segundo pitido contesta.

Te había estado llamando desde temprano y hasta ahora apareces. —me cruzo de brazos.

Mi Mala Fama ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora