10. Presentaciones.

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Me dejo caer por completo en la silla, dejando salir un suspiro

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Me dejo caer por completo en la silla, dejando salir un suspiro.

Esto es demasiado.

Me levanto de la silla y paso mis manos por mi rostro porque ya comienza a dolerme la cabeza.

Esto no puede estar pasándome, se supone que nada más sucede en las películas con los peores efectos de sonido de la historia, no en la vida real. No en mi vida.

Paso mis manos por el pantalón de mi braga y trato de calmar mi respiración porque ya comienza a faltarme y, aún cuando no está haciendo calor, doy pasos rápidos hasta dar con mi ventana y abrirla, sintiendo la brisa fría de la madrugada dar contra mi rostro, secando el repentino sudor acumulado en mi frente.

Nunca había experimentado un episodio de ansiedad tan fuerte como este sin estar encerrada en un espacio pequeño.

Doy varias exhalaciones largas por mi nariz y las boto por mi boca, sintiéndome más relajada que antes.

Dejo caer mi trasero en el marco de la ventana y cruzo mis brazos viendo hacia el cielo, tratando de ignorar la altura en la que estoy y el vacío que me espera si doy un paso en falso porque no hay rejas que me ayuden si llego a resbalarme.

Nunca me ha dado miedo las alturas, solo que el estar sentada así con tanta inseguridad de por medio me da algo de miedo y no lo hago, pero en este preciso momento mi menor problema es la altura y la caída que me espera.

Dejo caer mi cabeza hacia atrás y la recuesto del marco, todavía sintiendo el aire frío dando contra mi cuerpo.

Nunca creí estar metida en algo así, siempre pensé que era algo así como intocable para los demás y que aún cuando les hice perder la paciencia a más de una persona en mi vida no me siento merecedora de estar pasando por esto.

Puede que más de uno haya querido ahorcarme por haberle dicho su verdad muy cruda y real, sin filtros que la hagan ser mucho menos dolorosa, pero yo no soy una psicóloga ni mucho menos amiga de todos para querer hacerles ver el mundo de otra manera más bonita y agradable. No soy así, ni mucho menos cambiaré mi forma de ser.

Dejo que la brisa me despeje la mente por un rato hasta que unas cuantas gotas caen en mi frente, haciéndome levantar del marco y cerrar la ventana.

Paso mi mano por mi rostro, secando las pequeñas gotas acumuladas en mi frente por la suave capa de lluvia a esta hora de la madrugada.

Son casi las tres de la mañana y no tenga nada de sueño, apenas salimos del club no pude conciliarlo y empecé a pensar mucho sobre lo que había escuchado en las noticias antes de que mi mente egoísta lo ignorara por completo.

Si se supone que han habido asesinatos en masa, ¿por qué hasta ahora estoy notándolo? No ha habido ningún hashtag para tal número ni mucho menos ha sido tendencia en Twitter. No entiendo cómo es que esto apenas se está haciendo notar.

Mi Mala Fama ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora