Parte 20

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Esperaba ansioso en la parada de bus, vaya que se estaba demorando el chico, ya había mordido todas sus uñas y por poco no agarraba la mano de su amigo.

-Chicho, cálmate- le dijo, David, golpeándole en la cabeza- tu novio ya va a llegar. Jó, si eres así cuando sólo llevan unos días juntos, ¿cómo estarás en unos meses.

Bre se desconectó del mundo al oír la palabra novio. Es que era tan raro para él. Y realmente en estos momentos tenía un pésimo presentimiento.

-Llegamos.

Adrián venía corriendo, tirando de la mano a Susan, algunos rasguños en su cara, Sergio, atrás, no venía mejor, acelerado, un ojo tintandose poco a poco.

Brei entró en pánico, ¿qué le había pasado?

-¿Fueron los de los papelitos?- preguntó Brei, tocando con suavidad el rostro de su pareja.

-Son unos idiotas. Cinco. Cinco contra uno, lo acorralaron en el salón, no lo dejaron salir. No sé como, pero se enteraron de que estaba saliendo contigo y, como homofóbicos de narices que son, la agarraron con Sergio. Que bueno que fui a buscarlo a su salón, trataba de defenderse, pero eran muchos y vaya bestias están hechos estos.- explicó Adrián, dando palmaditas en el hombro de su amigo.

-Te dije que debías hablar de esto.- Brei besó la frente de su chico.

-Lo sé, pero ahora, ¿podemos irnos?

O.o

-Eso duele.

-Sé que duele, pero debes soportarlo.

El bolso de hielo reposaba sobre su mejilla, Brei los mantenía en esa posición y lanzaba regalos a su novio.

Y no era el único, el padre de Sergio también estaba.

Se asustaron tanto, aunque la golpiza no fue del todo fuerte, era de esperar que no terminarían ahí.

Pero no había quien hiciera entrar en razón a Sergio, estaba en contra de volver a acusar a sus compañeros, lo único que quería era terminar su año en paz para alejarse de toda esa basura de colegio.

-Si no quieres hablar esta bien...

-Pero cuidate mucho, Ollie, no quiero que nada malo te pase.

O.o

Todavía no se quitaba el pitido del oído luego de los gritos de su madre a través del celular.

El primero, cuando le contó lo sucedido a Sergio, y el segundo, cuando le pidió permiso para quedarse esa noche con él. Ella no dudó al decir que sí y tomarse unos minutos para hablar con Sergio y aconsejarle lo mejor que podía. No consiguió nada, pero el muchacho agradeció de corazón esas palabras.

Así que ahora ambos estaban sentados en la cama, uno frente al otro, tomándose de las manos, jugando con sus dedos.

Brei examinó los dedos de su novio, con tanto cariño, acarició su palma y con el índice trazó las líneas de su mano. A Sergio le provocaba cosquillas, Brei solo sonreía.

Le dio vuelta la mano y vio sus nudillos, en ellos, las magulladuras por los golpes, besó cada uno de ellas, lento y suave.

-Me tocaste hondo. Ya no sé que haría sin ti.- susurró Brei.

-Espero que nunca tengas que averiguarlo.

Hay un chico - BrollieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora