Parte 15

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Brei estaba inquieto, no dejaba de mover sus pies o de revisar su móvil, hace poco le había mensajeado a Sergio, esperando que este despertara, asustado de que él responda lo que tuvo la valentía de admitir.
Su cabeza sobre el hombro de David y sus ojos con lágrimas, Zeus y Susan tratando de animarlo, el padre de Ollie al teléfono y Adrián en la cafetería.
-Brei, te traje un café- dijo, Adrián, llegando con sus manos y bolsillos llenos, le tiende el café al chico- el resto saque de mi poleron sus galletas y demás. Cuando salgamos de aquí les envío a sus casas la cuenta.
-Idiota, todos te dimos dinero para que compraras las cosas- exclamó Zeus.
-Sí, lo hicieron, la cuenta es de l servicio de delivery.
-Eres un...
Todos quedaron callados y miraron a Breixo, su móvil acababa de sonar indicando que un nuevo mensaje había sido recibido.
El chico, con manos temblorosas, deslizó su dedo por la pantalla, sus ojos abriéndose impactados.
Había recibido un mensaje de Sergio.
-Es Ollie...- murmuró.
-¿Qué esperas?-dijo Adrián- cuéntanos qué te ha dicho.
Las mejillas de Brei se sonrojaron e ignorando las palabras de los chicos se puso de pie y fue hasta el padre de Ollie, le contó que le había respondido y ambos, rápidamente, fueron a su habitación.
Entraron inmediatamente, Sergio sonreía desde su cama, una enfermera chequeando su estado.
-No creo que deban estar aquí- dijo la enfermera con el ceño fruncido.
-Es mi hijo, llevaba cinco días preocupándome, sin despertar, creo que merezco estar con él justo ahora.
-Pero no el muchachito- Brei agachó su sonrosado rostro.
-No entiendo la manía esa que tienen vosotros de alejar a los pacientes de sus seres queridos, es lo que más necesitan luego de una situación así.
-Está bien, me retiro, pero si viene un doctor y los saca de aquí, conste que les advertí.
La enfermera dejó de manipular las máquinas para controlar la salud del chico y salió azotando la puerta.
-¿Quién eres tú y que has hecho con mi hijo?, él no es muy feliz, el golpe debió de ser muy fuerte.- dijo dirigiéndose a Sergio, que sonreía ampliamente mirando al tímido chico.
O.o
Su padre le contó de todo lo sucedido durante aquellos días en los que estuvo en coma, incluso de cosas del trabajo que a Ollie no le importaban y, además, no entendía, pero su padre estaba radiante y aliviado... Y podía ver de reojo a Breixo.
El chico había estado sentado en un sillón, sin decir mucho, alternando su vista entre sus manos y el muchacho recostado en la camilla.
-Creo que ya no tengo nada más que contarte- dijo su padre, soltando un suspiro.
-Ya era hora, has hablado hasta por los codos y casi ni he entendido, no me vuelvas a hablar de tus papeleos de contador, sabes que las matemáticas me marean.
-Mal agradecido- rió- bueno, te dejo, tengo que terminar unos de mis trabajos infernales y, me parece, que deberías habla con él.- Esto último lo dijo mas bajo y señalando a Brei.
Sergio asintió, su padre depositó un beso en su frente y despidiéndose salió de la habitación
Todo quedó en silencio, el chico del sillón salió de su estado calmo y se acerco a sentarse en la silla al lado de la camilla.
Se miraron a los ojos, Sergio, tímidamente, alcanzó su mano.
-Hola, Breixo.
-Ho-hola.

Hay un chico - BrollieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora