Parte 19

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Brei no se la podía creer, ¡lo estaba besando!, ¡Ollie lo estaba besando!
Se sentía que había ido al cielo y de vuelta, esos labios suaves con sabor a naranja del zumo de la cena.
Ni se acuerda de como sus manos llegaron a hundirse en los rizos del chico para profundizar el beso.
Nunca había besado a un hombre, en realidad, nunca había besado a nadie. Y se notaba.
Bueno, se notaba en ambos, el beso torpe pero tan bello que ellos se mostraban todo a través de él.
Siguió acariciando los rizos, esos que creía estarían enredados, pero era tan sedosos...¿qué era eso?
Se alejó de Sergio, rompiendo el beso, jadeando y mirando lo que estaba en su mano.
-Veinte- susurró, Sergio.
-¿Una bolita de papel?, ¿veinte?
Ollie suspiró- Los chicos de mi curso, suelen lanzarme de esas- señaló lo que el chico tenía en su mano- durante la clase.
-Dúos, debes comentárselo a alguien, no puedes permitir que te hagan eso.
-Estoy acostumbrado. La vez que hablé de esto me regañaron diciendo que sólo eran juegos de niños, que actuaba como un idiota exagerado. Dejó de importarme. Ahora lo tomo con humor- soltó una carcajada triste- de hecho, hasta las colecciono.
Dicho esto, estiró su mano, Brei, entendiendo y con una mueca, depositó en ella el trocito de papel.
-No puedo creer que tengas que soportar esto todos los días. Que ganas de estar en tu clase y darles su merecido.
-Brei, si estuvieras allá, te harían lo mismo antes de siquiera decir hola.
El puchero en la cara de Brei fue tan tierno que, ya que parecía estaban en confianza, no se resistió de besar rápidamente aquellos labios estirados.
-Me encantan tus labios, y eso que acabo de probarlos. Te lo digo desde ya, yo, que no soy muy cercano al romance, que me siento extraño de esto, tan nuevo, tan vino, que me asusto de formar estas frases- tomó las manos del chico y las acarició- y que sepas que no pienso privarme de esta sensación, que quiero besarte cada vez que desee y que tu hagas lo mismo conmigo. Breixo Fernández del Río, ¿quieres ser mi novio?
Ahí está, se la había jugado, sin pensar en nada más de que no quería perderlo, que esos tres meses de anonimato pero conociéndolo de lejos, inconscientemente, un mes y un poco más de conocerlo a fondo, y lo quería.
Flechazo, amor a primera vista, su padre tenía razón
Un gritito sonó al otro lado de la puerta, impidiendo que Brei diera una respuesta.
Este se puso de pie y abrió, su madre y su padre, este ultimo tapando la boca fe su esposa.
-¿Qué hacen aquí?
-Tu madre, ella me arrastró, yo jo quería- se excusó.
-No mientas, estabas tan emocionado como yo. Mi niñito precioso- apretó las mejillas de su hijo- y este otro niño bello- con la mano, le hizo señas a Sergio para que se acercara a ellos- les juro que hacen una excelente pareja.
-Aún no lo somos- respondió Brei, abochornado.
-Pues contestele entonces- Brei quedó en silencio mirando a Sergio- Brei, querido, no es tan difícil, sólo diga - susurró en el oído de su hijo.
Y lo hizo, le dijo sí y lo abrazó.
Si no era porque su marido la sujetaba, la madre de Brei habría terminado en el piso.

Hay un chico - BrollieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora