Capítulo 4

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Fueron hasta casa de DJ. Su padre estaba en el turno de la noche en el hospital y no volvería hasta que él estuviera desayunando a la mañana siguiente.

DJ; Paris y Kim estaban sentados en el sofá, frente a una mesita de cristal en la que DJ y su padre solían cenar cuando había partidos de béisbol en la tele. Lisa estaba con las piernas cruzadas sobre la alfombra, mirándolos de frente.

El libro estaba sobre esa mesita de cristal. Nadie decía nada y DJ tenía los dedos entrelazados sobre las rodillas, que movía con un nervioso tic.

-Bueno...- dijo DJ-. Pues...

-Ha sido un buen improvisado plan- lo felicitó Paris, que estaba a su izquierda.

-Sí, gracias. Improvisar se me da bien.

-Improvisar tiene consecuencias negativas- espetó Kim.

-¿Cómo cuales, doña Sabihonda? – suspiró Lisa como si estuviera harta de escuchar las réplicas de Kim.

-Como que ahora no sabemos qué hacer con eso- señaló el libro con la barbilla.

DJ se recostó hacia atrás en el sofá y estiró los brazos desperezándose. Miró el reloj de la pared. Eran pasadas las cinco.

.-Vale, vale- dijo DJ-. De acuerdo. Creo que lo más apropiado sería que... em... Sería...

-Esto es lo que decía- masculló Kim haciendo un gesto con la mano señalando a DJ.

Lisa puso los ojos en blanco.

-Propongo porque lo guardemos una semana cada uno- dijo Paris mirando a su alrededor-. Una semana cada uno durante... no sé. Hasta que el autor se muera y no haya peligro de que termine la historia.

-¿Cómo sabemos que eso no será peor?- protestó DJ.

-¿Cómo podría ser peor?- preguntó Lisa con escepticismo.

-¿Y si cuando el autor se muera nosotros desaparecemos?- continuó DJ.

-¿Podría pasar eso?- preguntó Paris echando la cabeza hacia delante para mirar a Kim.

La muchacha se encogió de hombros.

-No lo sé- contestó-. Soy partidaria de la teoría de que la historia puede avanzar sin la ayuda del escritor. Por nosotros mismos- juntó las cejas, pensativa-, y tal vez... si el autor muriera... nos quedaríamos atrapados sin que la historia avanzara.

-¿Por qué podemos seguir haciendo la historia con el autor vivo pero sin que intervenga pero no vamos a poder continuar si él muere?- preguntó Lisa, tajante.

-Estoy hablando de teorías.

-¿No podría ser una teoría también que cuando el autor muriera nos quedásemos eternamente jóvenes sin que pusiera punto final a la historia?

-Chicas- pidió DJ.

-No tenemos ni idea de nada, pero el único que puede darnos respuestas es el autor y no creo que le apetezca mucho en estos momentos- recordó Paris-. ¿Qué sugiere el maestro de la improvisación?

DJ miró a su nuevo amigo y después a las chicas. Todos estaban pendientes de él, pero no tenía ni idea de qué hacer.

Puso las manos sobre sus dos rodillas y decidió que no iba a dejar que eso se le notase. Si conseguía convencer a los demás de que estaba seguro de que las cosas irían bien, tal vez irían bien de verdad. E incluso él mismo podría llegar a creérselo.

Nadie va a la bibliotecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora