Nadie va a la biblioteca

Capítulo 24

-Tienes unas ojeras que te llegan a los pies.

Kim fulminó con la mirada a Paris.

-Bueno, perdona, pero es que es cierto.

-Eso es porque ayer me quedé hasta las cuatro de la mañana leyendo sobre psicópatas.

-¿Por qué sobre psicópatas?

-Porque sospecho que el otro autor puede ser un verdadero psicópata.

-Ah. ¿Y a qué hora te has levantado hoy?

-Como para las siete y media.

-¿Y no tienes sueño?

Kim lo fulminó de nuevo.

-Es evidente que tengo sueño. Pero por algún motivo no soy consciente del tiempo que pasa cuando estoy leyendo.

-Qué bonito.

-No es una metáfora ni nada por el estilo. Es la pura verdad.

Lisa llevaba el examen de matemáticas francamente mal. Mal de decir: "suspéndeme sin hacer el examen para pasar ya este mal trago".

-Por favor, por favor. Necesito saber cuáles son las integrales que van a caer para poder preparármelas antes. Por favor... - repetía una y otra vez en el baño del instituto con el móvil contra el pecho. Hasta que escuchó a alguien más entrar.

Carraspeó suavemente antes de salir de su aseo y vio a Fátima con las que solían ser sus antiguas amigas del grupo de animadoras.

Hasta que Leslie murió.

Y dejó las animadoras y sus antiguas amigas.

Se estaban riendo, y Lisa no pudo evitar pensar que en parte era de ella.

La miraban por encima del hombro y a través del espejo mientras se pintaban los labios, y Lisa no pudo evitar preguntarse si ella también tenía ese aire de superioridad cuando estaba con ellas.

A su lado parecía paliducha y demacrada. Se le marcaban las ojeras por debajo de los ojos. Tenía el pelo bufado.

Le vibró el móvil y vio la notificación de la aplicación del autor.

Salió a toda prisa del baño, dejando a las animadoras con sus risas.

Desbloqueó su pantalla.

Y una integral infernal apareció.

Le sonaba de haber estado haciendo alguna parecida en clase, pero en ese momento no tenía ni idea de si debía hacerla por cambio de variable o con el otro procedimiento que ya ni recordaba.

Suspiró.

De todas, esta es la más fácil que te encontrarás decía el mensaje, por eso es gratis.

Aquello la descolocó. ¿"Gratis"? Nunca había tenido que pagar realmente un precio por las respuestas de los exámenes... ¿se estaría arrepintiendo ahora el autor de ello?

Espera más instrucciones.

-¿"Esperar"? ¡El examen es dentro de tres días! –gritó contra su teléfono, provocando que la gente del pasillo la mirara como si estuviera loca.

Lisa guardó el móvil y se alejó.

Estaba agobiada. No se estaba copiando en los exámenes, pero de alguna manera sí que estaba haciendo trampas, y nunca las había hecho. Tenía siempre la sensación de que en cualquier momento la podían descubrir. Estaba arisca. Pero necesitaba las notas para poder entrar a medicina. Y pese a todo no conseguía superar a Kim.

¿Cómo podía ser tan lista?

Entonces algo hizo "clic" dentro del cerebro de Lisa.

Tal vez Kim no era tan lista.

Tal vez ella también tuviera las respuestas de los exámenes.