Capítulo 12

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-¿Estáis las dos bien?

Paris se acercó a ellas. Hacía un rato que los disparos habían cesado, pero estaban las dos arrodilladas, la una junto a la otra, e igual estaban heridas. Le ofreció una mano a cada una para ayudarlas a levantarse. Kim la aceptó. Lisa, no.

-Estamos bien- dijo Kim.

Paris miró a Lisa para esperar una confirmación de su parte, pero la chica miraba el cuerpo de Leslie, desplomado en el suelo. Su pelo enredado en su cara. Sangre en muchas partes de su cuerpo. Los brazos y las piernas retorcidos en ángulos extraños. Paris la observó también. Era desagradable para cualquiera, pero más lo tenía que ser para Lisa, que la conocía más tiempo.

Con suavidad, Paris cogió a Lisa de la mano y la empujó hacia él, la atrajo hacia sí y la abrazó para que dejara de mirarla. Lisa ya llevaba un rato llorando, pero en cuanto su cara tocó el pecho de Paris, fue como si no tuviera filtro y lloró desconsoladamente.

El padre de Paris se acercó a ellos. Había llegado hasta allí con una de sus patrullas, avisados por una llamada anónima de que había cuatro chicos en peligro. Paris creía saber quién había realizado esa llamada. La única persona que sabría que ellos estaban de hecho en peligro.

-Lo siento- dijo-, pero hemos hecho lo que teníamos que hacer para manteneros a salvo-. Paris asintió. Su padre observó un poco más la escena, a Lisa y a Kim. DJ seguía por detrás de ellos-. ¿De qué es esa sangre, jovencita?

Lisa se separó de Paris, pero el oficial Walls se refería a la sangre que tenía Kim en sus pantalones y la que aún le quedaba en sus manos.

Kim fue a decir algo, pero Paris se le adelantó.

-Leslie ya estaba herida cuando la encontramos, papá- las chicas lo miraron con sorpresa. Sabían que su padre era policía, pero no que era ese policía. No sabía si eso les beneficiaba o los perjudicaba-. Tenía algo clavado en la espalda, y Kim se lo quitó, pero eso solo la enfureció más.

El señor Walls miró a su hijo con suspicacia, pero pareció convencido al fin.

-Por cómo se comportaba parecía que tuviera la rabia o algo así- explicó. Luego vio la cara que tenía Lisa y prefirió guardar silencio-. Hay una ambulancia que está llegando, será mejor que esperéis por ahí, con vuestro otro amigo.

DJ estaba hablando con otro oficial. Parecía que le estaba tomando declaración, pero DJ no hacía más que sacudir la cabeza, como si no pudiera recordar nada. Mejor, pensó Paris, así podrían ponerse de acuerdo para contar la misma historia.

Cuando Paris fue a acercarse a DJ, su padre lo agarró por el codo con brusquedad.

-¿Se puede saber qué hacíais aquí?

Paris tragó saliva.

-Leslie es amiga de Lisa. Ella quería buscarla y nosotros somos sus amigos, así que hemos venido con ella.

El señor Walls lo soltó, con expresión de pena.

-Me temo que Leslie era la amiga de Lisa- dijo mirándola, solo de refilón-. Está muerta.

La gente lloró y las clases se suspendieron las clases para celebrar el funeral de Leslie.

Paris, DJ y Kim fueron hasta casa de Lisa para acompañarla a la misa antes del entierro.

El padre de Lisa les abrió la puerta y les dejó pasar, un tanto sorprendido de verlos a ellos en puesto de a las amigas de su hija que ya conocía. Aun así, no les hizo ninguna pregunta y les indicó dónde estaba el dormitorio de Lisa.

Estaba vestida con un traje negro, sentada sobre la cama con la mirada perdida cuando ellos llegaron.

-Si le mordió un vampiro no puede estar muerta porque los vampiros son inmunes a las balas...

-Pero ella nunca llegó a beber sangre de vampiro. Nunca llegó a ser un vampiro...

-Pero...

-El veneno en su organismo le hizo volverse loca- explicó Kim con cuidado-.Y escapar, y atacarnos. Le hizo reaccionar al agua bendita, pero también estaba expuesta al sol. Nunca se llegó a convertir en vampiro, pero tenía esos... síntomas.

-Y luego la mataron.

-El veneno la mató- replicó Paris, pero intentó no alterarse demasiado. Sabía que Lisa estaba dolida, pero su padre tampoco lo había pasado bien a partir de aquel día.

-Hicieron lo que tenían que hacer para salvarnos la vida- continuó DJ-. Casi no nos quedaba agua y...

-El autor- dijo Lisa de repente.

Paris, Kim y DJ se miraron el uno al otro.

-¿Qué?

-Es culpa del autor que Leslie esté muerta- continuó-. Si alguien debe pagar por su muerte, es él.

Se levantó y caminó con paso dirigido hasta la puerta de su habitación. Paris la sujetó por el codo y la hizo retroceder.

-¡Hey, hey! Un momento, ¿adónde vas?

-¿Adónde crees que voy a ir? A ver a ese hijo de la grandísima...

-No puedes ir a ver al autor ahora- replicó DJ-. No cuando falta una hora para el entierro.

-El pueblo es pequeño. Tampoco está tan lejos.

-Lisa...- empezó Paris.

-Me da igual si queréis venir conmigo o si tengo que ir sola. Pero a mí ese hombre me va a escuchar.


Nadie va a la bibliotecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora