CAPÍTULO CUATRO: La luna y el sol; ¿Un eclipse hacia algo más?

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Muy a su pesar, Emmett tuvo que dejar de lado a Seth por un momento mientras averiguaba algo de Bella, y lo único que pudo conseguir sin que ninguno del Instituto lo viera o que algún conocido de Carlisle lo delate fue que la novia de su hermano estaba pensando muy seriamente en irse a Florida con su madre ya que al parecer estaba entrando en una especie de estado zombie esperando por todos ellos, por lo menos sabía que nada haría que la pusiera en peligro, y ello significaba tener más tiempo con el niño que le importaba cuidar; odiaba la idea de que él fuera de la Reserva y no fuera de ésta ya que tendría más posibilidades de poder estar a su lado o hacer lo que su hermano hacía cada vez que Bella dormía; verla toda la noche dormir hasta que amaneciera, cuidar de sus sueños, velar por que fueran solo sueños y no pesadillas que le atormentaran.

"Pero Edward lo hacía porque ya le gustaba Bella. A ti no te gusta el niño, solo quieres cuidarlo y por eso quieres hacer eso. Las cosas se podrían malinterpretar."

Pero verlo dormir... sería algo totalmente novedoso a sus ojos, sería como cuidar de los sueños de su propio hijo, de que nada le suceda mientras está en ese mundo en el cual nada le puede hacer daño, un mundo en el cual el controla su universo a su alrededor y desea soñar con lo que anhela su corazón. Sabiendo que solo hay amor en ese ser inocente, sus sueños deben de ser totalmente sublimes. No se podría esperar más de un niño de 13 años, pero entonces también podría soñar con esos tres y eso hace que Emmett empuñe sus manos totalmente enojado. Esos sueños se convertirían en pesadillas gracias a esos mocosos humanos que no vale la pena perdonar la vida.

Aunque sus instintos de caza le pedían con tanto anhelo esa deliciosa sangre se controlaba a tal punto que su cuerpo se tensaba al recordar como su sangre brotaba de su cuerpo sin reparo alguno, como ese frágil cuerpo cayó sobre su hombro y sintió una tibieza tan dulce que hizo que su corazón casi volviera a palpita. Ese pequeño cuerpo era tan tibio que le gustaba tenerlo cerca, y cuidar de él, pero lo que odiaba es el viento, que le traía como un golpe certero a un K.O y le quitaba toda paz y tranquilidad para que luego sus instintos de caza estuvieran presentes atormentándole y impulsarse e incrustar sus dientes en su cuello y beber de él hasta no dejar nada y quizás así se sentiría tranquilo con su sed de Seth.

Lo había descubierto cuando sujeto al niño en sus brazos para ayudarlo a bajar del tronco seco de aquel árbol, su olor estaba ahí, tan cerca, a centímetros, no, ni si quiera a eso, a milímetros de forma tan cerca que esa tibieza de nuevo calentó su frío corazón y sus manos obtuvieron su aroma por unos minutos más. Quizás así se sentí cuando estabas con una persona a la cual le tenías mucho aprecio.

Esa noche, muy aparte de que llamara a Rosalie para decirle que su celular tuvo unos pequeños "problemas" y que ahora tenía otro, Emmett pensó ese día lo más que pudo, recordando cada detalle del niño frente suyo, admirando su sonrisa, sus gestos y sobretodo esa inocencia que le hacía muy peculiar, hasta Jasper le dijo lo mismo. Entonces tenía razón en lo que pensaba; ese niño era la inocencia y el amor plasmados en carne y hueso. Se imaginó a un Seth un poco mayor, la persona que estuviera al lado de aquel niño podría realmente experimentar ese amor inigualable que solo tenía Seth, su niño.

Durante toda una semana Seth fue al bosque a hablar con Emmett y contarle más cosas son referente a la escuela, y Emmett lo hacía pero con el Instituto, le contaba como había sido su vida humana, pero claro, obviando en todo sentido a los Cullen y haciendo parecer como si fuera su presente. El niño había tomado mucha confianza con el vampiro y sonreía abiertamente y no como lo hacía en su escuela donde era muy reservado y casi no sonreía, pero siempre mostrándose amable. Por su parte Emmett sacaba a flote ese cariño innato hacia Seth preguntándole siempre sobre su esto de salud, si esos tres imbéciles desperdicio de espacio en el universo seguían molestándole, pero siempre esas palabras siempre se quedaban en su cabeza ya que no quería que Seth escuchara esas frías palabras y que su miedo acrecentara, siempre le decía lo mismo: "Los expulsaron y ya no los veo, pero a veces siento que me siguen a casa, no sé si sean ellos, pero me da algo de miedo."

No se llamaría Amor sino doliera. [EmmSeth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora