CAPÍTULO SIETE: Una última palabra: Te quiero.

5.9K 507 52
                                    

Seth soñaba con esos besos, durante dos días, soñó con esos besos que recibió y dio a Emmett, sonreía cada vez que soñaba o hasta imaginaba ese momento. A sus 14 años, Seth ya sentía lo que era el amor, se lo había preguntado una vez a su hermana, ya que se tenía torturando desde aquella noche.

─ ¿Cómo sabes si te has enamorado de alguien? ¿Qué es el amor, Leah? ─

Lo poco que había experimentado una vez con Sam, fue su respuesta, claramente se escuchaba a un Leah dolida aún, y que quería olvidar por completo esos momentos, esos momentos tan felices que había pasado, y aun no sabía qué era lo que había sucedido para que Sam cambiara tan rápido de actitud y se fijara en Emily, su prima. ¿Le dolía? Si, le dolía mucho. Por que amaba a Sam, aún tenía ese rastro del amor que le tuvo.

Cuando Seth escuchaba las palabras de su hermana, exploraba sus sentimientos; era claro que su corazón retumbaba cada vez que tenía a Emmett cerca, cada vez que le abrazaba, y sonreír, y adoraba cuando le sonreía el vampiro al menor, ya que Seth tenía una vista privilegiada de los hoyuelos de Emmett, era tierno con él y siempre se preocupaba por que estuviera bien, lo cuidaba como un hermano mayor, quizás más de lo que Leah cuidaba de él, era un tipo de cuidado que adoraba ya que se sentía el centro de Emmett, adoraba cuando reía, y le contaba sus malos chistes. Él lo había dicho, siempre quería ver al pequeño sonreír y nunca llorar; a pesar de no necesitarlo, Emmett siempre le daba explicaciones de donde había estado y del porqué, o porque había dicho tal cosa. Siempre lo tomaba en cuenta. Todo eso le había dicho su hermana con relación al amor, pero había un detalle que le había dejado pensativo.

─También... esa persona busca cualquier forma para darte un beso, o robarte uno. ─ Seth lo pensó bien y se percató de que era verdad, Emmett de alguna forma le había querido besar, ya sea directa o indirectamente. Entonces ¿será que él también... este enamorado? Seth sintió su rostro rojo en ese momento y su hermana dedujo que su pequeño hermanito comenzaba a tener su primer amor asegurando de que sería una chica quizás más evidente al momento de dar a conocer que realmente le gusta Seth. Leah sonrió por ese hecho, ya que quería ver a su hermano feliz, por lo menos que él sea feliz con alguien que si lo quiera y cuiden mutuamente. Después de eso Seth sólo podía pensar en las palabras de su hermana, necesitaba saber si realmente Emmett estaba enamorado tanto o más de lo que el menor lo estaba, porque si era de ese modo entonces quizás podrían salir sin ningún problema, a su mente llego todo lo que tuvo que hacer para lograr salir con Emmett, y se dio cuenta de un problema que aún no había pensado; la edad.

Emmett tenía 20 años y Seth solo contaba con 14 años. Seis tontos años era lo que los separaba y también comenzó a pensar que si Emmett estuviera igualmente enamorado, para los ojos del mayor siempre sería solo un niño, sin experiencia y sin un primer beso aún. Nuevamente Seth estaba en ese abismo de pensamientos y dolores de cabeza en los cuales no podía descifrar cual sería el resultado de tanto que pensaba. Se comenzaba a frustrar de sólo pensar en el tema. Giró el rostro hacia su ventana la cual estaba abierta y las cortinas ondeando al ritmo del viento que entraba en su alcoba. Se encontraba recostado en su cama mirando el techo debatiéndose con su problema existencial.

─Siento que se me coagulará la sangre de tanto pensar. ─ murmuró haciendo un ligero puchero. El día estaba algo soleado lo que claramente daba indicios de que Emmett no llegaría en ningún momento para ambos hablar como siempre solían hacerlo. Entonces decidió dar un paseo por su cuenta, quizás hacer un día de campo junto con sus pensamientos y nadie más, eso le ayudaría a pensar mejor las cosas y no estar tan ido y ya con dolores de cabeza. Se levantó soltando un suspiro mientras cogía una banda elástica para atar su cabello en una media cola, cogió una mochila y bajó hasta la cocina, se preparó un par de sándwiches uno de mermelada de fresa y el otro de jamón y queso, el cual le gustaba mucho, cabe recalcar, metió ambas en una pequeña vianda de plástico y colocó en su mochila. Cogió una soda, una botella de agua y fueron ambas de igual forma a su mochila. Se quedó apoyado en el lavavajillas pensando que más podría llevar, mientras lo hacía se comenzó a hacer un tercer sándwich para el camino y colocó un manzana junto con la demás comida. No pensó más y le dejó una nota a su mamá, ya que nadie estaba en casa.

No se llamaría Amor sino doliera. [EmmSeth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora