La última esperanza. (Cap.14)

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Camino por aquel bosque, acortando la distancia con pasos muy cortos, casi arrastrando los pies por el suelo.
No puedo sacar de mí cabeza la imagen de su rostro, no dejan de aparecer sus grandes ojos verdes en mi mente, no puedo creer lo que ha hecho por mí. Si aún estoy respirando es gracias a ella.
Avanzo igual que cualquier enfermo, mis oídos están tapados y mis ojos siguen húmedos.
Ella no debía morir, no así, esa malcriada chica sin nada que perder, lo único que le quedaba era su actitud, esa tierna chica que dio su vida para salvar la mía, esa chica que ni siquiera supe su nombre.
Transformo toda esa tristeza en frustración, y de la frustración a la ira, un enojo que se apodera de mí. Tomé uno de los enfermos que tenía a unos metros, lo tiré al suelo, tomé mi cuchillo y desquité toda aquella irá con él, destrozandolo por completo. Maldecia todo lo que pasaba a mi alrededor, en mi vida y en el mundo.
Luego de un rato, me pongo de pié otra vez, cubierto en sangre y un olor despreciable, comienzo a caminar, a tratar de llegar al refugio, a seguir buscando a Katherine y a darle una razón a la muerte de la chica.
Seguía caminando, incluso cuando no contaba con el agua ni la comida, debía apurar el paso, antes que mi cuerpo se rindiera.
He caminado sin siquiera saber cuanto tiempo ha pasado, el sol pesa más que nunca, el camino es agotador, apenas puedo separar los pies del suelo para seguir.
Puedo ver a la chica y a Katherine en frente de mí, simplemente viendome con una sonrisa de paz, sin responder a mis preguntas, sin poder llegar nunca a ellas por más camino que avance, tan solo están viendome.
La falta de comida y agua provocan en mí alucinaciones, todo es tan confuso ahora.

Luego de una rato de haber salido de aquel monótono bosque, camino con la cabeza baja y veo adelante las puertas del refugio, apresurando mi débil paso llego hasta ellas. Robert corre a abrir para dejarme entrar, me apoya en sus hombros y me lleva dentro, me recuesta en el suelo y rápidamente me ofrece agua y algo de comer.
Robert me habla, pero siguiendo aturdido y débil, lo único que entendí es que un grupo nuevo había llegado y alguien en él me conocía.
Recupero el sentido de la razón, a duras penas me pongo de pié y me dirijo al salón donde están todos los refugiados. Al entrar todos voltean a verme, pero de entre aquella gente, y de aquel grupo nuevo de hombres, aparece Jace, el hermano de Katherine.
Miro a su alrededor buscándola.

-Ella no está aquí, pero está con vida, te está buscando. - dijo Jace preocupado.

-¿Dónde?, ¿ella...ella estaba contigo? -pregunto en medio de balbuceos.

-Si, estuvo conmigo siempre, pero hace unos días se escapó del refugio que teníamos en la escuela, tomó un auto y salió a buscarte. -dijo -ella siempre decía que debíamos buscarte, pero yo de idiota siempre le dije que tu estabas muerto.- concluye, mientras hace una rabieta de enojo con sí mismo.

Luego de un silencio para tratar de entender la situación, decido preparar de inmediato el plan de búsqueda con Jace. Por supuesto sabía hacia donde se dirigía, así que planeamos volver a nuestra casa en el centro de la infestada ciudad.
Saldremos temprano en la mañana por reglas de Robert, debido a que debíamos llenar el auto de gasolina y preparar los suficientes suplementos, y como siempre decía, no es seguro salir cuando está obscuro.

Está misma noche escuchamos desde adentro el sonido de un auto, Robert de inmediato corre hacia la puerta para recibir a algún nuevo refugiado. Al salir vemos una tropa de hombres, montados en grandes camionetas y fuertemente armados. Robert es el único en dar un paso adelante y preguntar el porqué estaban allí, de pronto, sale un hombre de una de las camionetas, con aquella barba poblada, chaleco de cuero y esos brazos totalmente tatuados.
Al reconocer al líder de la prisión, salgo a advertir a Robert que teníamos un gran problema, el tipo me mira.

-¡Hey!, te dije que lo ibas a pagar. -terminando está frase con la misma inquietante sonrisa.

Luego de esto hace una señal con su mano y todos aquellos hombres empiezan a atacar el lugar, con sus armas disparan hacia dentro al azar y arrojando bombas incendiarias al almacén, tratan de entrar.
Robert y yo corremos hacia el edificio que comenzaba a arder en llamas, la gente huye en pánico.
Es escalofriante ver aquellas personas siendo asesinadas en frente de sus familias.
Corro de inmediato a donde estaba Jace, tomamos uno de los autos para huir de ahí, pero Robert no huyó conmigo, él estaba tratando de salvar y reunir a sus asustados refugiados. Encendí el auto y antes de escapar de ahí con Jace, corrí hacia Robert.

-Llevalos al hospital, ahí estarán bien. -le dije por encima de su hombro.

Volteó a verme, asintió con la cabeza y siguió con su posición de liderazgo.

Corrí de vuelta al auto y escapé de ese lugar con el hermano de Katherine y con la última esperanza de encontrarla.

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