Katherine. (Final )

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Luego de escapar de ahí, sin poder ayudar a Robert y su gente, salgo con Jace rumbo a la gran ciudad.
Jace va bastante asustado por lo del ataque, su mano está un poco temblorosa,  sus ojos más abiertos de lo normal y su boca reseca, aún así no puedo evitar hacerle un par de preguntas de cómo rescató a Katherine. Él comenzó a relatar que en el momento del primer ataque, en el momento que la noticia con el extraño virus se esparció, la gente enloqueció, la ciudad se convirtió en un caos debido a los ataques y el pánico. Apenas se escuchó la noticia él juntó a todos sus amigos y fueron directo a la casa a llevarnos, al llegar tomó a su hermana, pero al parecer uno de sus amigos me confundió con uno de los enfermos y golpeó mi cabeza con un bate de béisbol, seguro quizá por eso no recuerdo el momento en que todo esto empezó. También me contó, con una leve disculpa, que se le hizo imposible cargar mi inconsciente cuerpo mientras rescataba a Katherine, así que me llevó a mi habitación y cerró la puerta por fuera. Dice que recuerda los gritos de Katherine al no querer dejarme allí, supongo que como Jace es el mayor, la obligó a irse con ellos.
Lo comprendí por completo, a él y a todo aquel ambiente en el que desperté.
Luego de terminar su historia mientras yo manejaba, voltea a verme con sus ojos de culpa.

- Tranquilo, hiciste lo correcto, y te lo agradezco. - le digo mientras coloco mi mano en su hombro.

El libera una tímida sonrisa apretando un poco su mejilla.
Al cabo de un largo rato de manejar, llegamos a la gran ciudad, pero esta vez no hay tantos enfermos y los que hay están muy deteriorados.
Nos dirigimos directo a la casa, entramos a aquel lugar en ruinas dónde solía vivir en paz, pero ella no está aquí. Estoy harto de las tantas decepciones de no encontrarla.
Jace se sienta en el suelo con sus manos en la cabeza, triste y estresado.
Yo solamente camino de un lado a otro, pensando en lo que voy a hacer, en que paso debo tomar ahora, sin querer perder mi poca fe.

-¿Y si...y si ella ni siquiera llegó hasta aquí?- dice Jace insinuando lo peor.

Me enfado con su comentario, pero no puedo recriminarle, ya que es una gran posibilidad.

Después de unos frustrantes minutos, por alguna razón volteo a ver la pared y noto que mi fotografía no está. De inmediato corro a la habitación a buscar el cajón de recuerdos y este está vacío, Jace me mira extrañado.
¿Por qué alguien robaría recuerdos ajenos para sobrevivir?, solo una persona entraría hasta aquí por esto. Katherine estaba con vida y había estado aquí. Jace se puso de pié al comprender todo, salimos directo a la casa de sus padres, ya que podía haber ido hacia ahí después.
Antes de salir por la puerta le tomo del hombro, me detengo y doy como posibilidad que ella haya ido a casa de Janice, una buena amiga nuestra.
Decidimos separar nuestros caminos, le di uno de los walkie talkie's de Robert, él tomó el auto y yo seguí caminando, ya que la casa de sus padres estaba lejos, pero más cerca que la de Janice.
Comienzo a caminar, por una larga ruta, sin gota de agua ni pizca de comida, tan solo con el walkie talkie en la mano.

Después de un largo rato de caminar, el sol comienza a pesar más y más sobre mi cabeza, la vista de la carretera es mínima debido a la luz en mis cansados ojos. Justo antes de caer la noche, saltan las palabras de Robert que me decían que la noche nunca es segura, así que decido entrar a uno de los autos abandonados en la ruta y descansar el paso ahí para estar un poco más seguro.
En toda la noche no puedo pagar los ojos, el cansancio en mí es excesivo, pero aún así se me hace imposible conciliar sueño.
A la mañana siguiente, cuando los rayos de luz empiezan a darle claridad a la ruta, salgo del auto y comienzo a caminar de nuevo.
Luego de caminar por casi una hora, la vista se me nubla, el oído se me aturde y la mente me traiciona.
Escucho algunas voces en mi cabeza, escucho a la chica y aquel "gracias" de la primera vez que nos vimos, escucho la voz de Tyron diciéndo que me cuide, los consejos de Robert y la voz de Katherine pronunciando el "si" que la convirtió en mi esposa.
Al fin llego al lugar, sus padres vivían en una pequeña casita rodeada de árboles. Entro al lugar, grito su nombre por todas partes, pero una vez más la maldita decepción me corroe al no encontrarle.
La frustración me llena y comienzo a actuar como un desquiciado, golpeo las cosas, derribo los muebles y rompo cada una de las ventanas, jarrones y cuán cosa se ponía en mi camino.
Me detengo, cierro mis ojos para tratar de volver en sí, tan solo escucho silencio, un silencio que es interrumpido por el sonido de una gran cantidad de enfermos. Abro mis ojos y veo como una gran cantidad fue atraída por el ruido y rodean la casa totalmente, corro rápidamente a una habitación y cierro la puerta, me siento en el suelo con las manos en el rostro, sin nada que me importe, mientras escucho como golpean violentamente la puerta, no sé que hacer y honestamente no quiero hacer más nada, no quiero pelear más contra este fin del mundo, no quiero seguir fingiendo que todo estará bien.

De pronto el walkie talkie comienza a sonar.

-¿Kurt?... responde por favor. - escucho la dulce voz de Katherine.

Miro la radio, creyendo que es una alucinación más.
Lo tomo y respondo.

-¡Gracias a Dios!, sabía que estabas vivo.- responde Katherine en un mar de lágrimas.

Jace la había encontrado, estaba viva y a salvo.

-También lo sabía, sabía que estabas con vida mi ángel. - respondo con una sonrisa enorme y con lágrimas cayendo por mí rostro.

Ella pregunta en dónde estoy, pero ignoro su pregunta y pido hablar con su hermano.

-Claro que si. -me responde ella, con risas de emoción.

-¡Hey!- interrumpo antes que dé el radio a Jace - Te amo. - le digo, con tantas ganas que tenía de decírselo.
-También te amo. - responde ella, un poco preocupada por el tono en el que lo dije.

La puerta se parte cada vez más con los golpes de los enfermos, ansiosos por entrar.

-¿Que pasa?, ¿dónde estás? - dice Jace un poco animado por haber encontrado a su hermanita.

-No vayas a buscarme, llevala al hospital y por favor cuida de ella.- digo.

Se provoca un gran silencio.

-Lo haré.- responde, entendiendo la situación.

La puerta se rompe por completo, lo enfermos entran a la habitación, pero justo antes de ser devorado, tan solo estoy sonriendo, porque incluso antes de morir, tan solo sentía paz de escucharla una vez más.

Fin.

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