AM (Cap.3)

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El eco del disparo pudo escucharse a unas tres o cuatro cuadras de distancia.
Analizo el cuerpo de la mujer tratando de entender porqué se comportaba así, y sin comprender cómo era posible que se haya movido luego que el auto pasase por encima de ella.
No le pienso dar más vueltas al asunto y me dirijo al auto, pero un sonido me detiene, el sonido como de una estampida o una protesta enorme. De un momento a otro comienzan a salir personas infectadas de entre los edificios, cientos y cientos de ellos.
De inmediato salgo de ese lugar, sin pensarlo un solo segundo, me dirijo hacia las afueras de la ciudad.
Al salir, no puedo dejar de pensar en Katherine y en la maldita posibilidad de que haya quedado entre aquel grupo de enfermos, esa posibilidad de haberla dejado atrás sin poder regresar.
Ya afuera de la ciudad detengo y apago el motor del auto, coloco mis manos y rostro en el volante y comienzo a llorar como un bebé.
Después de unos veinte largos minutos de cobardía comienzo a usar más la cabeza.

-No seas cobarde, ella te necesita.- me digo a mi mismo mientras golpeo mi cabeza con las palmas de la mano.
Sintiéndome tonto por no haberlo hecho antes, enciendo la radio en el canal AM de emergencias, el sonido está distorsionado y me cuesta sintonizar, al cabo de unos quince minutos logro escuchar un mensaje entrecortado, que trataba sobre un refugio a las afueras de la ciudad, justo a un par de kilómetros de donde me encontraba.
Ese mensaje provocó un sentimiento de esperanza en mí, como si todo estuviese bien, como si el mundo no estuviese acabando.
Sin pensarlo más, me dirijo al lugar pintado con la fe de volver a verla sonreír, de saber que está a salvo, esperando a que yo le rescate. De nuevo mi optimismo volvió.

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