Diagnóstico.

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~ Creo que no habían pasado ni diez segundos cuando ya estaba arriba de Gee besándolo con desesperación ante la posibilidad de ser rechazado. Durante los primeros segundos no me correspondió el beso, pero no quería rendirme tan fácil así que continué, ¡Y menos mal que lo hice! Porque en menos de lo que me costó pensar la posibilidad de romper el beso, Gee estaba tomando mi cintura con firmeza, besándome aún más hambriento que yo.
Fueron unos maravillosos minutos dónde me sentí libre, donde su respiración se mezclaba con la mía, donde sentía sus delicadas caricias, donde sus movedizos labios me decían que no estaba solo, donde me sentí completo.
Durante ese tiempo olvidé todo lo que nos rodeaba, olvidé a mi familia, olvidé a Jamia y a su entorno, a mis amigos, olvidé que había venido a desvirgarme, olvidé que la sociedad no miraba a la homosexualidad con buenos ojos, que apenas conocía a Gerard, que no sabía si él lo hacía para aclarar mis dudas o si de verdad disfrutaba el besarme, si él estaba en pareja, olvidé TODO.
Bueno, en realidad, olvidé todo menos el hecho de que me estaba quedando sin aire, así que tuve que salirme de encima de él y acompasar mi agitadísima respiración. Escasos segundos luego dije sin importarme nada:
-Soy el gay más gay de todos-
Ahora era Gerard el que estaba sobre mí, eso era una excelente señal, en realidad, la mejor de todas.
Ese beso no era como el anterior, era un beso sereno, delicado, hasta tierno se podría decir. Creo que no es necesario decir que me dejé llevar, aunque ya lo dije; eran los mejores besos de mi vida, era la excepción a la regla que enuncia: Nadie es perfecto.
Nos separamos y quedamos mirándonos sin decir nada, creo yo que estaba todo dicho.
-Gracias.- soltó Gerard y no entendí el porqué.
-¿Gracias?- pregunté con expresión evidente de que no había comprendido.
-Si, gracias.- ¡Ah, quedate tranquilo que entendí todo!
-¿Por?-
-Por dar el primer paso.- me sonrojé- Yo no me animaba.
-Gracias por sacarme las dudas-
-Un placer.- contestó guiñándome un ojo, muy insinuante.
Gerard se paró de la cama y fue hasta la mesita de luz, sacó un porta CDs y me preguntó:
-¿Vemos una película?-
-Como quieras...- dije encogiéndome de hombros.
Me arrastró hasta el living pintado de ese color verde ridículo y me dejo parado al lado del sillón como el más grande de los estúpidos. Fue hasta el DVD, puso la película agarró el control y se dirigió a mi, me empujó con violencia hacia el sillón, 'en defensa', agarré el cuello de su camisa haciéndolo caer sobre mí, obviamente, tuve que pagar las consecuencias... ¡¡Por Dios, este hombre estaba on-fire!!
Estábamos ambos estirados en el sillón, 'mirando la película', esperando a que el tiempo pasara y que mi tío pasara a buscarme, bueno, a mí y a mi primo, claro está... No quedaba mucho para que terminara, y yo me moría de ganas por saber todo sobre él.
-Linda peli, ¿no?- dijo él cuando terminamos de verla.
-Sip, ya la había visto...- contesté- ¿Cuánto tiempo queda?-
-Una hora y media.- respondió luego de inspeccionar su reloj D&G - ¿qué quieres hacer por mientras?
-Cuentame de ti.-
"Frankie, tus hormonas han despertado, ese comentario fue muuy gay."
Gerard se rió un poco al ver la expresión que adquirí al darme cuenta del tono del pedido.
-¿Qué quieres saber?-
-Todo lo que estés dispuesto a contar.- Gee hizo un gesto de 'Estoy pensando'
-Ok, a ver... tengo 22 años, un hermano que es más chico, me gusta dibujar y cantar, pero me da vergüenza en público y... ¡ah! Si, quiero dos gatos, tres perros, una casa en la montaña y... los cinco hijos no porque me gustan los hombres... - me reí, era divertido hablar con él.
-Y... ¿estás con alguien?- pregunté directamente, temiendo por la respuesta.
-Nop, pero hace un tiempo me gusta alguien...-
Y las estructuras volvían a caerse sobre mí, no hay más que esperar, el destino dictó su sentencia.
-¿Si?- Dije desganado totalmente.
-Sip. Es muy lindo, cabello negro, ojos...- miró mis ojos- ¿miel? - cuestionó- bueno, preciosos, bajito, inocente y... ¡Ah! Y le encanta que le diga 'Frankie'.-
-¿y tu cómo sabes eso?- pregunte todo rojito
-Te brillan los ojos cuando lo digo...-
-Es que... bueno...- no encontraba palabras para continuar con la conversación, de hecho, aunque me encantaba que me dijera que era yo quien le gustaba, me sentía un tanto incómodo hablando sobre el tema.
-No necesito que contestes...- dijo acariciando mi mejilla con suavidad.
No tenía la más pálida idea de cómo reaccionar, desde que me encontré con él estuve actuando impulsivamente. Era mi primer contacto 'amoroso' luego de dos años.
Y era con un hombre.

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