EL ABATIMIENTO DE SATÁN EN EL CALVARIO.

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En otra lección discutimos la batalla que Cristo ganó en el Calvario sobre Satán. ¡Fue esta victoria espiritual de Cristo sobre el diablo la que es la base de su derrota final y derro camiento! Se debe a lo que aconteció en el Calvario que el creyente tiene autoridad sobre el diablo. Que hay una relación entre la caida de Satán desde el cielo y el poder del creyente sobre los demonios, se infiere claramente en Lucas 10:17-19:
"Y volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en Tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás, como un rayo, que caía del cielo. He aquí os doy potestad de hollar sobre las serpientes y sobre los escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará."

Mientras que la declaración anterior del Señor podía tener referencia al lanzamiento original de Satán del cielo, parece cierto que está asociada principalmente con la victoria personal del Señor en el Calvario. ¡La consagración total de Cristo a la voluntad del Padre, hizo posible que El venciera las tentaciones del diablo y regresara del campo de combate triunfante! De hecho, la batalla decisiva de los siglos seguramente fue la que el Señor sostuvo contra Satanás en el Calvario. Fue aquí que el Señor pudo decir, "Ahora es el juicio de este mundo: ahora el príncipe de este mundo será echado fuera' y ahora, "el príncipe de este mundo es juzgado" (Juan 12:31 y 16:11).

Grandes como fueron las victorias de los ángeles en sus combates contra Satán, la derrota decisiva que el diablo recibió fue la que sufrió a manos de Cristo. En el Calvario, la auto ridad legal y poder que el diablo había usurpado de Adam, en lo que respecta al creyente, le fue totalmente despojada. La contención de Satán había sido -una afirmación que él tenía que probar o conceder su fracaso eterno- que, bajo la tenta ción, nadie podía, o nadie querría, obedecer perfectamente la voluntad de Dios y, por tanto, las exigencias de Dios eran faltas de equidad e injustas. Cristo probó que la posición del diablo era absolutamente falsa. En el Calvario, Cristo pasó perfectamente la prueba y podía decir, "No se haga Mi volun tad, sino la Tuya"' (Lucas 22:42). Durante esa hora la teología falsa del diablo fue pesada en la balanza y fue hallada falta.
Para condenar la maldad, lo que es bueno debe ser demos trado. Para desterrar la oscuridad, la luz debe ser revelada. Para exponer al universo la perfidia y la traición de Satán por lo que era, tenía que demostrarse una obediencia perfecta. Cristo cumplió todo ésto, y al hacerlo El vindicó para siempre la integridad y justicia de la ley de Dios.

En el triunfo de Cristo en el Calvario, Satán sufrió su derrota más aplastante y, como resultado, su posición en los cielos fue cambiada radicalmente. Anteriormente, con impuni dad, él podía entrar a la Presencia de Dios y perturbar el cielo con sus acusaciones inicuas contra los santos. Pero en el Cal vario, Satán, fue despojado de este poder, y fue echado de la presencia de Dios. Fue cumplido entonces lo que Jesús dijo, cuando declaró, "Yo veía a Satanás, como un rayo, que caía del cielo".

La batalla de la cual se habla en Apocalipsis 12:7 es la batalla concluyente y culminante en los cielos. Miguel el ar cángel es el líder de las fuerzas de Dios. Cuando Miguel sale a combate, es indicio de que todos los recursos del cielo están siendo empleados. Se recordará que cuando el ángel de Daniel no podía pasar debido a la oposición del "príncipe del reino de Persia", fue Miguel quien vino en auxilio del ángel, y propor cionó la preponderancia de potencia que hizo que las huestes de Satán cedieran terreno (véase Daniel 10:13-21).

Miguel aparece nuevamente en el libro de Daniel, en donde se nos dice que él vendrá al rescate del pueblo de Dios en el tiempo del fin: "Y en aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está por los hijos de tu pueblo; y será tiempo de an gustia, cual nunca fue después que hubo gente hasta en tonces: mas en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallaren escritos en el libro" (Daniel 12:1).

Por este pasaje vemos que Miguel estará particularmente activo en los acontecimientos del tiempo del fin. Aparace espe cialmente como guardián de los intereses del pueblo de Daniel, Israel, y también parece estar involucrado en alguna forma con la resurrección de los muertos. Porque el versículo siguiente (Daniel 12:2) habla de la resurrección de aquellos "que duermen en el polvo de la tierra". Judas también se refiere a Miguel en relación con Moisés, cuando habla de que el arcángel contendía por el cuerpo de Moisés (Judas 9). Parece posible que así como Satán resistió a Miguel al disputar el cuerpo de Moisés, así intentará también evitar la resurrección de los mueros justos.
De ser así, fracasará ignominiosamente. La hora está próxima cuando el diablo será desplazado para siempre de su posición en los cielos. Es tiempo de que el ar cángel Miguel salga contra Satán y sus ángeles, los que, a pesar de su resistencia más frenética, serán obligados a reti rarse. De los cielos caerá el otrora orgulloso príncipe de las tinieblas, y con él caerán todos sus ángeles perversos.

Y después, ¿qué? El diablo, sabiendo que todavía tiene un período extremadamnete breve, mobilizará todos sus re cursos para el ataque más feroz sobre la humanidad que haya intentado jamás.

"Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros, teniendo grande ira, sa biendo que tiene poco tiempo" (Apocalipsis 12:12).

Satán entonces llama a sus archiengañadores, la bestia y el falso profeta, a quien les da potencia "sobre toda tribu y pueblo y lengua y gente" (Apocalipsis 13:7). De inmediato estas dos figuras siniestras y malévolas emergen en la escena mundial e inician el programa más diabólico que hayan cono cido los hijos de los hombres ¡un programa que pretende la destrucción total de todo ser humano que se atreva a adorar a) Dios vivo y verdadero. De esta hora espantosa, habla Jesús: "Porque habrá entonces grande aflicción, cual no fue desde el principio del mundo hasta ahora, ni será. Y si aquellos días no fuesen acortados,, ninguna carne sería salva; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados" (Mateo 24:21-22).
Afortunadamente, Dios acorta esos días, de manera que Satán no podrá lograr su objetivo. En verdad, es en esta misma hora en que su propia libertad personal le es quitada, en este cuarto lanzamiento del diablo.

Lucifer y los Ángeles caídos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora