DIOS GANA UNA BATALLA POR MEDIO DE LA FIDELIDAD DE JOB.

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Satán salió de la presencia de Dios, y afligió a Job con una maligna sarna desde los pies hasta la cabeza. La esposa de Job, una mujer frivola y de mente terrena, cuando ella vio lo que le había acontecido a su esposo, le aconsejó, "Maldice a Dios, y muérete". Esta sugestión fue rechazada con indigna ción por Job, y, muy correctamente, regañó a su esposa infiel por estas palabras impías. Sus amigos vinieron y vieron su condición abyecta, pero ellos no podía explicar el enigma de sus infortunios. Ellos concluyeron que él había cometido algún pecado serio. Job, también no podía entender su predicamento y creía que Dios lo había afligido por razones inescrutables y misteriosas. Nada sabía del carácter dramático del conflicto que se estaba efectuando y no se daba cuenta de que era Satán el que había puesto la sarna sobre él. Ni que su humilde cama entre las cenizas en donde él se rascaba era el centro de aten ción de dos mundos.
No obstante, Job subió a cumbres sublimes de fe cuando él dijo, "Aunque me matare, en El esperaré" (Job 13:15). Por esas palabras, la acusación de Satán de que un hombre no serviría a Dios más allá de un punto determinado, fue probada falsa. Job, por su fidelidad, había justificado la confianza de Dios en él así como justificado la integridad y solidez del plan de Dios. Habiéndose terminado la prueba, Dios sanó a Job y le dio lo doble de lo que había tenido antes (Job 42:12-17).

Lucifer y los Ángeles caídos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora